Aferrarse a su idea, la clave de Boca para la final
Battaglia cambió el esquema vs. Argentinos, pero tampoco le resultó. Tiene un mes para volver a las bases y confiar en el 4-3-1-2 que lo hace protagonista de verdad.
La principal virtud de Battaglia fue la impronta que le dio al equipo apenas asumió: volantes pisando el área, laterales subidos en ataque, centrales en mitad de cancha, un eganche para generar sociedades y una referencia de área bien marcada. Con eso, Boca se olvidó rápidamente de lo mal que jugaba en el final de la era Russo y desplegó buen fútbol en cancha. Pero para sorpresa de muchos, el técnico mutó en partidos importantes, como el de Mendoza, y todo se emparejó hacia abajo. Los motivos aún no quedan del todo claro.
Luis Vázquez se puso la pilcha de goleador frente a Argentinos y apareció cuando su equipo más lo necesitaba. El 9 juvenil hizo uno de esos goles que, salvando las distancias, era propios de Martín Palermo y dejó en claro que está a la altura de lo que exige la camiseta azul y oro. Pero que el futuro deportivo de un conjunto dependa de lo que pueda hacer un futbolista, indica que hay algo que no está del todo bien. El nivel colectivo en Mendoza fue demasiado pobre y confirmó que mientras el DT siga traicionándose, todo será más complicado.
En los próximos días, la organización del torneo definirá cuándo y dónde se jugará el partido decisivo. Talleres de Córdoba o Godoy Cruz de Mendoza sueñan con verse las caras con Boca, que a partir de ahora tiene algunas semanas para recuperar lesionados y, sobre todo, meterse en la cabeza que las formas siempre importan en el fútbol. Para tener otro trofeo en sus manos y sumarle una estrella más al glorioso escudo que habita en la camiseta, el Xeneize tendrá que hacer de todo, menos salir a especular.
En los próximos días, la organización del torneo definirá cuándo y dónde se jugará el partido decisivo. Talleres de Córdoba o Godoy Cruz de Mendoza sueñan con verse las caras con Boca, que a partir de ahora tiene algunas semanas para recuperar lesionados y, sobre todo, meterse en la cabeza que las formas siempre importan en el fútbol. Para tener otro trofeo en sus manos y sumarle una estrella más al glorioso escudo que habita en la camiseta, el Xeneize tendrá que hacer de todo, menos salir a especular.