Wang Huning, el funcionario a cargo de “limpiar” las redes sociales en China a pedido de Xi Jinping
Silenciosamente, el equilibrio de una de las potencias más grandes del mundo ha quedado en manos de un sólo personaje
Se le ha calificado como una eminencia política, del tipo de algunos dirigentes militares de esta nación como lo fueron Zhuge Liang o Han Fei. También se le ha comparado con consejeros políticos como el conde Metternich o Vladislav Surkov, la mano derecha del ministro ruso Vladimir Putin.
Lo interesante de Huning no es solamente su papel como una figura política aliada del presidente. No es la primera vez que Wang se ha involucrado tan estrechamente con un líder político. Previamente ha sido la mente detrás de los mandatos de otros tres políticos, dos de ellos son Jiang Zemin y Hu Jintao.
Pasando por diferentes etapas, Wang Huning primero sirvió a ideales contrarios a los de Xi Jinping, pero poco después de ser este electo, fue reclutado por Jinping y así el presidente acabó con todo rastro del gobierno anterior. Con Wang de su lado, por supuesto. Ese sería el primer acto de control que juntos consumarían, luego lograrían encarcelar al ex jefe de seguridad de China, Zhou Yongkang y su ayudante, el vicepresidente de seguridad, Sun Lijun. Dichos sucesos serían uno de los primeros indicios del poder totalitario que se ejercería sobre China con el gobierno de Xi.
Como sabemos ahora, Wang Huning ha fungido como una eminencia gris, es decir, aquella persona que actúa como consejera o asesora en el ámbito político -y en este caso, en el poder-, siempre manteniendo un perfil bajo y moviéndose como una figura no oficial dentro de este sector.
Pero la influencia de Wang ha pasado a tomar el control, como una mano invisible que controla todo lo que acontece en China y va en contra de los ideales tradicionales de esta república comunista. Es difícil saber quién toma las decisiones ahora, tomando en cuenta que Wang ha mantenido una constante de colaboraciones con los líderes anteriores cuyos regímenes han rozado en lo totalitario.
En este punto, cabe mencionar que la evolución de Wang ha atravesado desde su etapa como miembro del Partido Comunista Chino, época en que comenzó por dejar atrás la vida pública, convirtiéndose en un estudioso de la filosofía política, perfil bajo el que publicó múltiples trabajos que abarcan desde ensayos hasta libros en los que expone sus ideologías. Con este panorama, resulta muy interesante la conexión de lo que hoy acontece en China y, específicamente, Beijing con la perspectiva del mundo que Wang Huning tiene.
Centrémonos ahora en las polémicas que se han desatado a partir de la participación de este personaje en la esfera política china.
Como introducción, encontramos el caso de la desaparición de la talentosa actriz Zhao Wei, quien hubiese desaparecido sin dejar rastro, como si jamás hubiera existido o como si de un efecto Mandela se tratase. A su inexistencia se sumó que no había registro de ella en la web, ni fotos, información, películas, nada.
Al percatarse sus fans de lo anterior y con motivo de alertar sobre el tema, fueron silenciados y las publicaciones en internet que mencionaban su nombre fueron censuradas. ¿El motivo? Zhao Wei, según el régimen chino, incitaba a lo vulgar, a un estilo de vida promiscuo, faltando a las tradiciones chinas.
La polémica fue tal que el gobierno chino anunció que ejecutaría un plan altamente represivo para los actos de las lascivas celebridades de internet y así terminar con el caos que habían provocado.
Este no fue el primer, ni será el último movimiento violento y conservador por parte del gobierno chino, pues anteriormente pidieron poner fin a la aparición de actores “afeminados” en la televisión abierta, así como controlar de la manera más óptima la elección de vestuarios y maquillajes o elementos involucrados en la estética de figuras públicas, pues rompen con los valores de la cultura tradicional china.
Por supuesto, esto sucedió bajo el mandato actual, donde el mismo Xi Jinping apareció en televisión haciendo un reclamo a huir de la exageración para “mostrar riqueza y disfrute”.