Una noche que Vélez recordará e Independiente querrá olvidar, pero que en la tabla fue igual para ambos
El Rojo ganaba por 3-1 a los 43 minutos del segundo tiempo, pero el Fortín igualó a los 47; más allá de lo emotivo del partido, el resultado le es poco útil a cada uno.
No hay que dejarse abatir por las despedidas, dicen. Porque son necesarias: sin ellas no existiría el reencuentro. Y vaya si hubo reencuentro en esta fecha 14 del Torneo 2021, entre el público –al menos, el local– y ese ritual incomparable de acompañar al equipo desde el contorno. Como sucedió desde el viernes en Mar del Plata y en Ramón Cabrero y Guidi, Lanús; como seguirá este domingo, con el clásico mayor y compañía. El teatro de Liniers también cobijó la ceremonia del regreso, claro, y en el reencuentro con su gente Vélez estiró su invicto a ocho fechas. Logró un empate épico ante un Independiente que pareció tener la victoria en el bolsillo. Al final fue 3-3, en un partidazo de punta a punta.
Si bien la sola mención en cartelera de un Vélez-Independiente aglutina entusiasmos por mandato de la historia, la coyuntura había elevado aun más el nivel de expectativa. Porque los dos andan más cerca de la cumbre que de los puestos del olvido, porque el local llegaba con una interesante serie invicta (cinco triunfos y dos empates) y la chapa de líder absoluto en la tabla anual, y porque el conjunto de Avellaneda necesitaba levantarse rápido y volver a andar después del duro golpe que recibió como local con aquella caída por 4-1 contra Godoy Cruz.
El gol del 1-0, de Juan Martín Lucero
Necesitaba despertarse Independiente, lavar su imagen, enderezar el rumbo. ¿Había digerido semejante derrota? Ésa era la gran incógnita con la que llegaba a Liniers después de ser una sombra frente al cuadro mendocino.
El empate, de Silvio Romero
Luego de un comienzo de certamen a contramano (apenas 3 de los primeros 18 puntos disputados), los dirigidos por Mauricio Pellegrino pasaron a cosechar reconocimientos fecha tras fecha. Porque vencían y convencían. Y con un capital que muy pocos tienen: recambio.
El tanto del 2-1, también del capitán rojo
La pulseada estaba planteada, entonces, entre un Pellegrino que nunca había dirigido a su equipo con el público al lado, y Julio César Falcioni, homenajeado antes del partido por la dirigencia de Vélez, club en que tanto cariño atrapó. Y en una docena de minutos ya hubo dos goles, ambos, de cabeza.
El tanto del 3-1, a cargo de Ayrton Costa
Primero pegó Juan Martín Lucero para el local y la respuesta asomó enseguida por medio de Silvio Romero. Un tiro libre de Alan Soñora ya había chocado contra el palo izquierdo de Lucas Hoyos en la primera llegada de riesgo. Abierto, atrapante, el juego cautivaba.
El descuento, de Thiago Almada
Como el control de la pelota pasaba de unos a otros, con todas las barreras del peaje levantadas en el sector central, el gol seguía conviviendo con los dos arcos. Volvió a llegar Independiente cuando Braian Martínez sacó un bombazo desde fuera del área que tapó Hoyos y de inmediato Silvio Romero, de taco, estuvo a punto de aumentar.
De todos modos, pasaron sólo unos minutos para que consiguiera el segundo, tras un centro de Soñora, eje en el engranaje ofensivo de su equipo. Por la sexta fecha, en el 2-1 en Rosario frente a Central, Romero había marcado los dos tantos. Y ahora, después de siete fechas sin anotar, el capitán volvía a estampar su sello goleador. Y por duplicado.
La igualdad in extremis, de Marcelo De los Santos
Esa diferencia mínima en el resultado condicionó las posturas en el segundo tiempo. Y Vélez, empujado por la necesidad, inclinó el foco del partido hacia las cercanías de Sebastián Sosa. Independiente esperaba. El local manejaba la pelota, el visitante apostaba a desinflar el ritmo después de la intensidad de la primera etapa. Hasta que de pronto apareció Ayrton Costa en el área de Hoyos y, sentado en el suelo, desató el nudo de defensores rivales para marcar el tercero de Independiente y el primero de su carrera profesional.
Compacto de Vélez 1 vs. Independiente 3
Vélez no se rindió. Descontó Thiago Almada, igualó Matías De los Santos y el final de alta tensión entregó una inequívoca sensación: el encuentro fue un partidazo de principio a fin.