Tres derrotas en seis partidos: el peor momento de la era Battaglia en Boca, y se avecina un partido crucial

Es cierto que el equipo no mereció perder ante Gimnasia, pero viene involucionando; el DT parece no estar a gusto con varios jugadores; el miércoles, la semifinal por la Copa Argentina.

Mal momento de Boca. Y en los días más inoportunos. Cuando se le avecina la semifinal con Argentinos por la Copa Argentina, ese atajo que lo clasificará para la Copa Libertadores 2022 en caso de ganarla, vive los días más flojos de la era Sebastián Battaglia. Este sábado, Gimnasia le ganó en la Bombonera sin generar peligro: un error de Agustín Rossi derivó en el penal convertido por Luis “Pulga” Rodríguez. Boca irá a Mendoza con dos derrotas consecutivas y varias confusiones.


Es muy cierta la afirmación de que Battaglia le dio otro aire a Boca desde que se sentó en el banco de suplentes para hacerse cargo del plantel profesional. En especial, en las intenciones: aquella versión soporífera que dejó Miguel Ángel Russo se modificó inmediatamente por otra que se hizo de algunos elogios y varios buenos resultados. No obstante, al entrenador lo golpearon las derrotas contra River y Vélez. Y en su partido número 14 –y a cuatro días de un partido definitorio, que puede depositarlo en su primera final– parece que no todo lo que pone en la cancha lo convence.

Compacto de Boca 0 vs. Gimnasia 1

Algunos protagonistas fueron cuidados para que descansaran y estuvieron en el banco de suplentes al principio. Son los casos de Edwin Cardona (quieren tenerlo al cien por ciento para el enfrentamiento con Argentinos) y Cristian Pavón. No obstante, la gran mayoría de los que jugarán la semifinal por la Copa Argentina fueron titulares frente a Gimnasia en la Bombonera. Y eso podía tener dos lecturas. Una era intentar cosechar los puntos suficientes en la tabla anual para disputar la Copa Libertadores en 2022, por si el acceso por la vía de la Copa Argentina se bloquea. La otra, un posible maquillaje, en el que esas titularidades obedecieran a la irregularidad en los rendimientos y, por ende, a inconformismo del entrenador, que intenta mejorar con minutos a esos jugadores.

Un ejemplo puede ser la reaparición de Cristian Medina (pasaron nueve compromisos hasta que apareciera desde el inicio) en lugar de Rodrigo Montes, que hasta el flojo desempeño general en Liniers había tenido actuaciones personales muy discretas. Ya no se piensa en un cuidado, sino más bien en un cambio de juvenil para ver qué frescura puede dar Medina a un sector interno del medio campo.

Carlos Zambrano intenta cabecear entre Leonardo Morales y Carlos Insaurralde.
Carlos Zambrano intenta cabecear entre Leonardo Morales y Carlos Insaurralde.LA NACION/Mauro Alfieri

Ante una situación límite, como la que Boca atravesará el miércoles, los directores técnicos suelen cuidar al máximo a los jugadores que serán de la partida en el compromiso mayor. Battaglia parece saber que no todo fue color de rosas hasta ahora. Porque la decisión de poner casi todo lo mejor frente el Lobo tuvo un tinte de riesgo, teniendo en cuenta que varios jugadores arrastran una seguidilla, se desgastaron este sábado y dentro de pocas horas afrontarán un duelo trascendente.

Eso se evidenció en el campo. A Boca le costó mucho meterse en el partido, aun adueñándose del balón en gran parte del juego. En parte, mérito del planteo de Néstor Gorosito y del orden que mantuvieron sus hombres en el primer tiempo. En Boca, todo lo contrario. Y encima Rossi se apresuró a buscar en la esquina derecha lejana del área grande una corrida de Johan Carbonero y causó un penal, cuando la habilitación de Pulga Rodríguez se alejaba de esa zona y Luis Advíncula ya estaba posicionado para defender en el uno contra uno.

Sebastián Battaglia reagrupa a sus jugadores tras el tumultuoso epílogo del encuentro con Gimnasia, en el que hubo algunos encontronazos, principalmente de Cristian Pavón y Carlos Izquierdoz con el arquero Rodrigo Rey.
Sebastián Battaglia reagrupa a sus jugadores tras el tumultuoso epílogo del encuentro con Gimnasia, en el que hubo algunos encontronazos, principalmente de Cristian Pavón y Carlos Izquierdoz con el arquero Rodrigo Rey.LA NACION/Mauro Alfieri

La fiesta y emoción que generaron los fuertes aplausos, las ovaciones y la suelta de globos con una camiseta de Boca rumbo al cielo dedicados a Diego Maradona –que habría cumplido 61 años– a los diez minutos de un encuentro que se detuvo como los de todas las canchas del fútbol argentino, se apagó enseguida con esa acción que coronó el tucumano, con categoría, desde los once metros.

El recuerdo a Maradona en La Bombonera

En el entretiempo Battaglia expuso que le falta aceitar el equipo y definir nombres. Y también estructura. El 4-3-1-2 lo complace cada vez menos: para el segundo período sacó al chico Aaron Molinas y metió a Pavón, para dejar atrás al formato de enganche y pasar a uno de extremos. El trámite lo pedía: por la derecha el conjunto xeneize había encontrado sociedades y desbordes en la primera mitad, aunque sin concretar. Los planes iniciales no están saliéndole a Battaglia, a tal punto de que Gimnasia fue el quinto rival (el tercero en la Bombonera) del ciclo que comenzó ganándole un partido.

Boca no mereció perder. Gimnasia se conformó con la casualidad del 1-0 y esperó los embates del local, que no encontró juego claro con Molinas, con el cambio de esquema ni con el ingreso de Cardona. Hay preocupación: este miércoles Boca no puede fallar. 

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