Todo mal en San Lorenzo: la gente cantó contra Tinelli y Lammens, y el equipo perdió con Colón
El Ciclón cayó por 2-1 en el Nuevo Gasómetro; el público alentó a algunos jugadores, reprobó a otros e insultó a los dirigentes
Dentro de un contexto adverso en lo futbolístico, mucha agua bajo el puente pasó por Boedo desde la última vez que los hinchas habían visitado el estadio Nuevo Gasómetro. Fue en un encuentro que terminó con un éxito 4-3 ante Lanús, el 8 de marzo de 2020, por la extinta Superliga. En la conducción interina figuraban Leandro Romagnoli y Hugo Tocalli. Ambos, hoy, ya no trabajan en el club. El presidente era Tinelli, actualmente de licencia. Tanto es el tiempo que transcurrió que incluso pasaron los ciclos de Mariano Soso y Diego Dabove, que jamás pudieron jugar ante los simpatizantes azulgranas.
Apenas la voz del estadio indicó la alineación azulgrana, se escucharon algunos silbidos cuando se mencionó el nombre del DT Paolo Montero. También aparecieron los aplausos para Sebastián Torrico y Néstor Ortigoza, emblemas y campeones de la Copa Libertadores 2014. Los chicos Siro Rosané y Nicolás Fernández Mercau, productos de las inferiores, resultaron otros de los más aplaudidos. De movida, la gente llegó a la cancha con ganas de expresar su apoyo. “Te alentaremos, de corazón, esta es tu hinchada que te quiere ver campeón…”, y “Soy de Boedo, soy de Boedo”, las primeras canciones que resonaron apenas el equipo pisó el terreno de juego.
Lo cierto es que el clima sí se puso tenso cuando el árbitro Andrés Merlos le dio comienzo al partido. Fue en ese momento cuando los hinchas explotaron e insultaron al empresario y conductor televisivo: “Tinelli, hijo de p…”, se escuchó desde varios rincones.
En tanto que Colón, que había ganado sólo un partido de los últimos ocho disputados, todavía busca la regularidad que lo llevó a celebrar el primer título de su historia en la última Copa de la Liga. Y de arranque fue el equipo de Santa Fe el que tuvo la chance más clara. A los 19 minutos, Rodrigo Aliendro llegó en posición de 9 y no pudo definir de frente a Torrico. Recién a los 39 el Ciclón pudo abrir el marcador, cuando a Zapata le quedó la pelota tras un intento de despeje de los visitantes y el disparo del colombiano fue contenido por Leonardo Burián.
Una buena maniobra del sabalero puso en ventaja a los dirigidos por Eduardo Domínguez. Ya en tiempo de descuento, un centro preciso de Cristian Bernardi encontró en el área a Goltz, que la ubicó de cabeza contra el palo izquierdo de Torrico y marcó su primer tanto con la camiseta rojinegra.”Movete, Boedo, movete”, empezó a retumbar en las tribunas. En ese momento, algunos insultos tuvieron como destinatario a Lammens. “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”, sonó de parte de la gente. El clima se había puesto muy espeso.
De ida y vuelta, el comienzo del segundo tiempo contó con un par de ocasiones de ambos lados, que desperdiciaron Morelo y Di Santo, respectivamente. En los locales, Torrico se erigía como una pieza clave para soportar las embestidas. Pero la joya de la tarde la aportó Meza, a los 19 minutos. Un gol soñado desde afuera del área, con un bombazo que se metió en el ángulo izquierdo de Torrico. Una conquista merecida para el conjunto que más buscaba el arco rival.
A partir de ahí el Nuevo Gasómetro fue una olla a presión. Silbidos, reproches. Los hinchas que habían regresado a la cancha con la ilusión de olvidar el pasado reciente y superar las frustraciones de los últimos tiempos estaban enardecidos. Sólo se salvaban los juveniles y Torrico, siempre aplaudidos. Uno de esos chicos, Martegani, abrió la esperanza local con un zapatazo de zurda que puso el 2-1 a los 27 minutos. No alcanzó, y los azulgranas volvieron a expresar su malestar. A lo largo de toda la tarde, el Nuevo Gasómetro fue un Cabildo Abierto.