Ryan mantiene líder a la Real

El portero australiano fue el héroe de su equipo con multitud de paradas, algunas casi imposibles. Isak y Elustondo ajusticiaron a un Celta sin pegada.

Clemente Garrido
As
No hay quien pueda con la Real. El líder es inexpugnable en todos los escenarios y en todas las circunstancias. Esta vez ganó en Balaídos gracias a la actuación estelar del habitual portero suplente. Imanol rotó hasta en la portería y Mathew Ryan se lo agradeció con un sinfín de paradas imposibles. La primera de la colección del australiano llegó a los cinco minutos, cuando desvió a bocajarro un disparo de Denis Suárez. Fue la segunda ocasión de un Celta que salió en tromba y que ya había avisado a los dos minutos con una contra vertiginosa que Nolito finalizó sin acierto.


Contestó enseguida la Real Sociedad con tres disparos en apenas cinco minutos. Zaldua y Januzaj no encontraron portería, mientras que Isak obligó a Dituro a trabajar. El show de Ryan se inició al filo del descanso con una doble parada que dejó con la boca abierta a los presentes. El australiano despejó una volea de Denis y Mina remató al primer toque el rechace, a escasos metros de la línea de gol, pero el meta realista se levantó rapidísimo para evitar el gol cantado.

El Celta salió en la reanudación con el mismo espíritu ofensivo. Brais tuvo la primera, pero Ryan le cerró la puerta. Fue la Real quien golpeó en su primera ocasión de la segunda mitad. Isak lanzó el contragolpe y él mismo lo finalizó a placer al aprovechar el rechace de Dituro tras el disparo de Portu. Lo anuló Melero en primera instancia, pero el VAR corrigió el error para alegría donostiarra.

Tan solo tres minutos después pudo empatar el Celta. No fue capaz porque Ryan se superó a sí mismo con otra doble parada, esta todavía más increíble si cabe. Primero le ganó la partida a Aspas en el mano a mano y después reaccionó con agilidad para amargarle la tarde otra vez a Santi Mina. Dos manos salvadoras que desquiciaron al Celta. Dos manos milagrosas que mantienen al líder en lo más alto.

Los vigueses no desistieron, siguieron golpeando el muro. Incluso encontraron un resquicio, pero el derribo fue ilegal. Anotó Brais en fuera de juego, el golpe que le faltaba a los olívicos para hincar la rodilla. Por si eso fuera poco, la Real sentenció con un gol de carambola. Remató Merino a la salida de un córner y el balón se fue a la red tras golpear en la espalda de Elustondo. La suerte del líder.

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