Odegaard, eclipsado

Arteta busca fórmulas para hacerlo brillar. En Inglaterra se le está acusando de ineficaz, mientras Saka y Smith Rowe le hacen sombra. Fue suplente ante el Villa y ahora, lesionado.

Jorge García
As
La afición del Arsenal sigue esperando un rendimiento sólido de Odegaard. El club porfió lo indecible, esperó a que el Real Madrid diera su visto bueno, y consiguió el traspaso con el que Arteta soñaba. Pero el noruego aún tiene que devolver grandes cuotas de esa confianza en el campo. Durante los últimos partidos había perdido protagonismo. El 18 de septiembre le dio el triunfo al Arsenal con un golazo de falta al Burnley, pero después poco más. Arteta ha venido insistiendo con él y buscando fórmulas para que sea el aderezo que necesita el ataque de su equipo, pero no da con la tecla.


El noruego, de hecho, se está viendo eclipsado ante el empuje de Saka y de Smith Rowe. De estos se pone en valor su intensidad en detrimento de la que muestra Odegaard. Además, se le estaba acusando de ineficaz en los últimos partidos, antes de que una lesión le impidiera jugar el último partido de Copa contra el Leeds. Pero antes, ante el Villa ya fue suplente y Arteta apenas le puso 22 minutos en el campo. La idea inicial del técnico era jugar un 4-3-3 con dos centrocampistas ofensivos. Lo ha hecho en ocasiones con Odegaard y Smith Rowe, pero la solución no ha funcionado como debiera. Contra el Brighton, por ejemplo, el noruego firmó un partido más que discreto. Arteta le sustituyó a la media hora porque apenas había noticias de él.

En 554 minutos de juego, el noruego suma apenas es gol y una asistencia. La que dio para que Saka hiciera el 0-4 en la victoria por 0-6 al West Brom en la copa. Intrascendente. Al menos, se espera mucho más de él. La crítica inglesa, insistimos, le acusa de ineficaz y se le observa eclipsado por sus compañeros. Y Arteta le da vueltas. Contra el Palace (2-2) le rodeó en un 4-1-4-1. Contra el Aston Villa, sin Odegaard como titular, Arteta eligió un 4-4-2 (3-1). Odegaard tiene solamente 22 años, pero el Arsenal, en un periodo de necesidad máxima, apostó por él con una transferencia de 40 millones más diez de bonus que algunos ya se empiezan a cuestionar. Con su selección tampoco le ha ido mejor. Fue criticadísimo tras el partido contra Turquía (1-1), tanto que el seleccionador tuvo que salir a defender a su capitán. El jugador tiene todavía tiempo para invertir la tendencia. Calidad tiene.


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