Huracán armó su fiesta ganándole al Ciclón y terminó con los jugadores cantando ante 20.000 hinchas

Los de Parque Patricios se impusieron 2-1 por los goles de Franco Cristaldo y Jhonatan Candia; había igualado Di Santo para los de Boedo, que fueron dirigidos de manera interina por la dupla Di Leo-Monarriz

Huracán y San Lorenzo llegaron a este duelo con realidades muy distintas. El primero en un curso ascendente, batallando por ingresar en la Copa Sudamericana 2022, mientras que el segundo vive sumido en una crisis institucional y deportiva. El conjunto dirigido por Frank Kudelka había festejado en cuatro de sus últimos cinco compromisos. En tanto que San Lorenzo apenas había ganado uno de los últimos ocho encuentros, lo que provocó la salida de Paolo Montero (Diego Monarriz y José Di Leo tomaron las riendas de forma interina). Una situación muy al límite que se vio reflejada en el resultado final.

Lo mejor del partido

El club de Boedo tuvo que improvisar con Gino Peruzzi como lateral izquierdo por Nicolás Fernández Mercau, quien llegó a las cinco tarjetas amarillas en la reciente derrota contra Lanús en el Nuevo Gasómetro. Pero el ex Vélez y Boca, por una lesión, duró apenas 23 minutos y fue reemplazado por Bruno Pittón. Asimismo, Huracán también sufrió la baja de uno de sus mejores exponentes, el marcador central Lucas Merolla, que sufrió una fractura en el tercio medio de la tibia izquierda en la goleada sobre Banfield.

El Ciclón comenzó dominando tácticamente el partido, aunque la pelota pasaba más por los pies de los jugadores locales. El equipo de Monarriz comenzó con varios ataques hacia el arco defendido por Marcos Díaz, que en más de una oportunidad se lució ante las arremetidas de Nicolás Fernández.

Escena del partido que disputan Huracán y San Lorenzo

Escena del partido que disputan Huracán y San LorenzoNicolas Aboaf - FotoBAIRES

Del otro lado, Huracán no podía por abajo ni por arriba. Entre sus futbolistas más habilidosos no había conexiones desequilibrantes, más allá de un par de buenas intenciones de Lucas Vera, Franco Cristaldo y Rodrigo Cabral. Lo suyo, en el primer tiempo, apenas fueron aproximaciones y Sebastián Torrico resultó un simple espectador. San Lorenzo le cerró todos los caminos con un buen trabajo de presión de sus mediocampistas. También es cierto que en el cierre de los primeros 45 minutos surgió una de las polémicas de la tarde: un disparo de César Ibáñez pegó en el brazo de Andrés Herrera, que tuvo la intención de encogerlo. El árbitro Fernando Echenique, de floja tarea, no lo consideró penal.

El clásico empezó a tomar el cariz esperado. El arranque del segundo tiempo resultó trabado, se cruzó la pierna fuerte y fueron a cada pelota con ahínco. Se hablaba mucho, se jugaba poco. Hasta que a los 8 apareció la situación más clara: “Uvita” Fernández se llevó el balón con un manotazo, envió el centro atrás y Alexis Sabella definió de manera imprecisa con el arco a su merced. La pelota, mansa, quedó en las manos de Marcos Díaz.

Escena del partido que disputan Huracán y San Lorenzo

Escena del partido que disputan Huracán y San LorenzoNicolas Aboaf - FotoBAIRES

A partir de ahí el juego se hizo más entretenido. A los 13, Ismael Quilez mandó un centro desde la derecha y Cabral le pegó con un derechazo fortísimo que hizo revolcar a Torrico. Fue un pasaje intenso a favor de los dirigidos por Kudelka, que empezaban a relamerse.

San Lorenzo se replegó demasiado atrás. Se envalentonó el local y las subidas de Quilez, profundas, le dieron otro aire. Desde ahí llegó la apertura de marcador. El lateral surgido en Colón era la llave. A los 18, trepó por su sector y le dejó la pelota servida a Franco Cristaldo, que definió de forma exquisita al ángulo izquierdo de Torrico. Una conquista brillante. El festejo fue alocado de cara a los hinchas, que hicieron temblar el Palacio Ducó.

Escena del partido que disputan Huracán y San Lorenzo

Escena del partido que disputan Huracán y San LorenzoNicolas Aboaf - FotoBAIRES

El Globo se soltó, tomó más confianza. Los visitantes tambaleaban y con solo acertar Huracán el segundo hubiera cerrado la discusión. Pero en ese lapso le faltó agresividad. Y el Ciclón, maltrecho en esa parte del encuentro, encontró el gol. A los 31, Néstor Ortigoza metió un pase profundo, Herrera colocó un centro que conectó Alexander Díaz y alcanzó a desviar Marcos Díaz. Sin embargo, Franco Di Santo entró como una tromba y de cabeza mandó la pelota al fondo de la red.

El último cuarto de hora estuvo cargado de tensión. Ambos equipos fueron en busca del triunfo. Y a los 40 minutos, en este deporte tan impredecible, quien falló fue Torrico. El arquero no logró descolgar una pelota mansa, Cristian Zapata despejó mal y un nuevo centro de Matías Cóccaro le quedó servido a Jhonatan Candia, que volvió a desatar la locura en Parque de los Patricios.

San Lorenzo volvió a derrumbarse, un clásico de una formación desordenada que sólo responde a impulsos anímicos esporádicos. Muy esporádicos. Era la imagen de un equipo rendido, con los brazos bajos, sin un plan alternativo.

¿Cómo seguirá la situación de Boedo en relación al nuevo entrenador? Reina la incertidumbre. La primera respuesta negativa llegó de parte de Hernán Crespo, quien hace un par de semanas terminó su vínculo con San Pablo, de Brasil. Tras eso, la comunicación se dio con Gabriel Heinze, quien ofreció la misma respuesta que el ex técnico de Defensa y Justicia. A partir de eso, se suman las incógnitas porque no surge otro candidato con firmeza.

La dirigencia azulgrana, que fue insultada en los dos partidos que jugaron como local con público, entiende que ya no existe margen para otro error: desde el alejamiento del consagrado Edgardo Bauza en 2015, el club de Boedo contrató a nueve técnicos y la mayoría tuvieron pasos efímeros y negativos. El Ciclón vio desfilar a Pablo Guede, Diego Aguirre, Claudio Biaggio, Jorge Almirón, Juan Antonio Pizzi, Monarriz, Mariano Soso, Diego Dabove y Montero. Una cadena tan inestable como preocupante. Mientras, Marcelo Tinelli -que se encuentra de licencia- tuvo una charla en la concentración con el plantel azulgrana.

Para el Globo resultó un mundo de sensaciones. Lo suyo, esta vez, fue la lucha, el esfuerzo. Pero también mostró ambición y jamás tuvo miedo para ir al frente. Con una fiesta de color, cerca de 20.000 hinchas le dieron una atmósfera especial al clásico de barrio. Huracán le dio un nuevo golpe a su rival de siempre. Y celebró con absoluta justicia.

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