El Pulga Rodríguez amargó al Xeneize en la Bombonera, por un insólito penal del arquero Rossi
En el día en que el 10 cumpliría 61 años, Gimnasia, su último club como DT, se impuso en la Bombonera con un remate del crack, de admiración mutua con Diego; Boca suma dos derrotas seguidas
Golpeado tras la derrota frente a Vélez (2-0), del domingo pasado en Liniers, el equipo que dirige Sebastián Battaglia comienza a arrastrar la deuda de no responder en los compromisos que requieren un plus, como sucedió en la derrota contra River en el Monumental (2-1). Confundido, sin respuestas y por momentos ciertamente alterado, Boca ahora tiene una obligación mayúscula: ganarle a Argentinos en las semifinales de la Copa Argentina.
Y en el medio de todo, Diego Maradona, que hoy habría cumplido 61 años. La fecha de los homenajes tuvo un momento estelar, en la Bombonera. En las calles, repartieron caretas con la imagen del 10, con el mechón rubio, en su última y traumática parte como jugador xeneize.
Lo mejor del partido
Un episodio que hizo recordar a las caretas de Riquelme, el día de las elecciones. Antes del encuentro, se escuchó el primer cántico. Un clásico. “Vale 10 palos verdes, se llama Maradona... Y cuando va a la cancha, la 12 le agradece, todo lo que Dieguito se merece”.
Dalma Maradona, la hija mayor, recibió dos plaquetas, que sostuvo muy emocionada, para las fotografías y la gratitud de la gente, que en todo momento cantó por Diego. “Que Diego es de Boca...”, entre tantas melodías que lograron erizar la piel. Así se jugó el partido: con el corazón en la mano.
A los 10 minutos se frenó el partido y continuó la emoción. Videos de Diego en la Bombonera, con un gol, una asistencia, una alegría, una de tantas, de miles. Globos azules y amarillos volaron al cielo, mientras Guillermo Cóppola aplaudía, mientras hasta Román Riquelme mostró su admiración. Dalma, con los ojos vidriosos, ubicó una camiseta en el palco que fue de Maradona, con una leyenda: “Justicia para D10s”.
Y la Bombonera rugió, como hacía mucho tiempo no ocurría. Con esa efervescencia, el equipo -menos juvenil que otras veces, más allá de las lesiones- fue para adelante, con el foco en el sector derecho, en Advíncula, desatado durante el primer tramo. Gimnasia no hacía pie. Hasta que una salida insólita de Agustín Rossi derivó en un penal sobre Carbonero.
Con los dos pies hacia adelante, una imprudencia enorme. Y el Pulga Rodríguez, que falló su último penal frente a Central Córdoba, se paró frente al atribulado arquero. El mismo que fue a Gimnasia por Diego, pateó de manera magistral el penal. Se lo dedicó a Diego. Gimnasia ganaba, de algún modo, desde el más allá.
Lo que siguió fue un monólogo xeneize, pero sin creatividad, sin inventiva. Demasiado monótono, hasta que se lesionó Maximiliano Coronel, una caída dura que podría ser una lesión grave, con compromiso ligamentario. Más allá del susto, Gimnasia se mantuvo de pie, mientras que Boca atacaba en el desorden, con exceso de centros, con las subidas de Fabra y algunas esporádicas apariciones de Molinas. En el final del primer tiempo, un disparo de Almendra chocó con el ángulo, lo mejor de Boca en la primera mitad.
De a poco, Boca salió del letargo, luego de dos pelotazos sobre el arco de Rossi, dubitativo como pocas veces. El ingreso de Pavón le dio otro impulso, una manera más explosiva de avanzar. Pudo empatar en una, dos, tres ocasiones, a puro atropello, sin claridad, pero empujado por el aliento de su gente.
En una jugada confusa, Gimnasia le reclamó a Almendra que tirara la pelota afuera y, luego, se generó un caos, a partir de una patada desmedida del volante xeneize, que debió ser expulsado. En cambio, fue amonestado segundos después de que fuera expulsado Pipo Gorosito, el DT de Gimnasia, que le gritaba a Ariel Penel “vos sos una vergüenza”. El árbitro, que también amonestó a Cecchini, no tuvo una buena tarea. Gorosito hizo un gesto ofensivo cuando se retiró: movió el dedo índice, una suerte de vuelta olímpica.
El partido se calentó. Alemán fue expulsado, luego de aceptar una doble amarilla. “Está desesperado, solo le falta patear”, le dijo el DT al volante, ambos viendo partido desde el túnel. Boca insistió hasta el final, pudo empatar, pero chocó contra Rey, el arquero de Gimnasia. Y se fue envuelto en decepción, más allá del homenaje a Diego, eterno y conmovedor.