El Madrid echa a correr

Ancelotti da con la tecla instalándose en el 4-3-3 y apostando por la velocidad y las transiciones rápidas. Ante el Barça dio casi el doble de pases largos que los culés.

Manu de Juan
As
El Real Madrid de Carlo Ancelotti ha echado a correr y empieza a encontrar su mejor nivel al galope. Así ganó en Barcelona el Clásico (1-2), con dos goles que llegaron tras acciones de transición rápida con las que los blancos castigaron la exposición culé en campo propio. De hecho, fueron ambos obra de defensas que, a la carrera, se vieron con la confianza para hacer de delanteros por un momento.

Primero Alaba, al que sus años como lateral izquierdo le han dejado un gusto evidente por la incorporación al ataque. El propio austriaco recuperó el balón en la frontal del área del Madrid y se soltó al contragolpe; cuando Rodrygo conectó con él, se presentó ante Ter Stegen y soltó un zapatazo imparable con la izquierda. Y luego Lucas Vázquez lanzó de primeras la contra de Asensio y luego estuvo pillo para cazar el rechace; su aceleración en los metros finales para sobrepasar a Eric García le llevó hasta el premio.

No es casualidad, ya contra el Shakhtar el Real Madrid había mostrado una nueva disposición táctica y una nueva actitud contra equipos de claro talante ofensivo, como es el ucraniano: una primera presión alta para luego situarse en campo propio y buscar los contragolpes, con Benzema, Vinicius y Rodrygo cortando el viento. Ancelotti ya avanzó en Kiev que algo iba a cambiar: "He intentado defender con un 4-4-2 y no ha salido bien. La idea que tengo ahora es muy clara. Este equipo tiene que jugar 4-3-3. Hay partidos que el equipo puede jugar sin un extremo puro, pero creo que es el mejor sistema para esta plantilla".

Vinicius inclina el campo del Madrid

Habrá partidos en los que, por la cerrazón del rival, no podrá el Madrid ceder la iniciativa como ante el Barcelona, pero en los duelos de alta intensidad ha encontrado una manera para protegerse mejor, exponerse menos y aprovechar el momento dulce que viven Benzema y Vinicius. En el Camp Nou, remató más del doble de veces que el Barcelona entre palos (5 a 2) y sacó ventajas en tramos en los que estaba siendo dominado.

Su posición media en el duelo fue muy baja (45 metros; el Barcelona, 61) y el equipo prácticamente no dejó espacios, con una profundidad de 31,3 metros. Dio cerca del doble de pases largos que los culés (53 a 29), y regateó más (9 a 7). Tendió una trampa para el Barcelona y los locales picaron: pusieron 29 centros al área, por sólo 2 del Madrid. Cuando Koeman sacó a Luuk de Jong para intentar penalizar al Madrid por los aires, fue demasiado tarde.

En ese despliegue rápido Casemiro jugó un papel fundamental: dio cinco pases largos, más que nadie en el Madrid. Lucas Vázquez, con cuatro pases, también fue un recurso importante para encontrar a los extremos o a Benzema en apenas un toque. Si bien es cierto que, por el especial momento que vive Vinicius, el Madrid tiende a volcar el campo en esa dirección: hizo el 47% de sus jugadas por la izquierda, el 39% por el centro y el 15% por la derecha.

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