Boca recibió otro castigo: la FIFA lo multó por ocultar información al contratar a Franco Soldano

La Comisión Disciplinaria dictaminó que el club de la Ribera registró dos préstamos “a costo cero” y omitió pagos al Olympiakos; ahora deberá abonar casi 11 mil dólares

El asunto fue así: el club de la Ribera acordó hace dos años realizar con Olympiakos, de Grecia, dos préstamos consecutivos, pero a costo cero por el delantero santafesino. Al mismo tiempo, ambos clubes decidieron que existiera “el pago de un anticipo que, en caso de no ejecutarse la opción de compra, quedaría como compensación para el club griego en concepto de cláusula penal”. Los pagos fueron de 400 mil euros en el primer contrato y de 300 mil en el segundo.

De acuerdo a la Comisión Disciplinaria de la FIFA, Boca omitió declarar esos pagos. Y considera que el club que preside Jorge Ameal estaba obligado a registrar ese movimiento. Fundamentalmente porque de ese monto saldría el dinero para que los clubes formadores cobraran su parte, en concepto de mecanismo de solidaridad.

“Tratándose de pagos fijos y no reembolsables relacionados con el acuerdo de préstamo del jugador, el Equipo de Cumplimiento Reglamentario considera que dichas sumas debieron declararse en el TMS como pagos fijos por la transferencia en ambas instrucciones de préstamo”, explicaron en el fallo.

De acuerdo a las pruebas y luego de realizar la evaluación pertinente, se llegó a la conclusión de que Boca infringió varios artículos puntuales del Reglamento:

  • “No reflejar pagos en el sistema TMS”
  • “Introducir información incorrecta o inexacta en el TMS”
  • “Imcumplimiento de la obligación de declarar pagos efectados”
  • “Introducir datos inexactos o falsos en el TMS”.

Por todo esto, Boca debe pagar cerca de US$ 10.700 de multa.

Franco Soldano se fue del club azul y oro a mediados de este año y en la actualidad forma parte del plantel de Fuenlabrada, de la Segunda División de España. Todos los goles de Soldano fueron marcados en triunfos de Boca: le convirtió un tanto a Banfield (1-0), dos a Atlético Tucumán (2-0 y 3-1), otro a Huracán (2-0) y frente a Independiente (2-1).

Más allá de su deslucida campaña, lo cierto es que pocas veces actuó de clásico número 9 de área, que es su verdadera personalidad deportiva. Siempre se recuerda un clásico en el Monumental, con Gustavo Alfaro como entrenador, que terminó sin goles y con Soldano como una suerte de falso 8, con obligación de marca y haciendo un desgaste descomunal.

“Puede ser que me haya perjudicado”, aceptó Soldano tiempo después, ante la consulta sobre su posición como volante por la derecha en el empate 0-0 en Núñez, pero aseguró que “no podía decir que no”. Y fue específico: ”Si jugás de delantero, sos hincha de Boca y te dicen de jugar un clásico de ‘tres’ ¿vas a decir que no? No, te vas a morir por jugar y vas a tratar de hacerlo de la mejor manera”, advirtió, en su momento.

”Seguramente cometí errores por el desconocimiento de la posición, pero las ganas y el sacrificio no los podía negociar. Uno tiene que acatar órdenes y cumplí con lo que me dijeron”, contó. Esa situación -y algunas otras, en las que solía desperdiciar situaciones propicias en el área rival- le quitó crédito y nunca pudo consolidarse.

Franco Soldano, sufre una falta de Luan Peres, de Santos, durante el partido de ida de la semifinal de la Copa Libertadores de 2020

Franco Soldano, sufre una falta de Luan Peres, de Santos, durante el partido de ida de la semifinal de la Copa Libertadores de 2020Mauro Alfieri / LA NACION

Meses atrás, cuando el equipo que dirigía Miguel Russo no apuntaba al arco rival, mostró su desenfado en una charla con el periodista Federico Bulos. “Obviamente que me faltaron goles, pero también te puedo decir que me faltaron situaciones. Decime cuántos goles erré, voy a la estadística… cuatro mano a mano en dos años. Nada... Quizás por mi poco perfil mediático, o no, se me pegó de más muchas veces”, puntualizó.

Y fue más allá: “Hoy veo las estadísticas y Boca no sé hace cuántos partidos que no hace un gol o no patea al arco. Y yo no estoy más en el club para que me echen la culpa a mí también. Entonces, analicemos cuál es el problema. No sé si era yo el problema...”

El problema, ahora, es otro. Lejos del arco, metido en la tesorería.

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