Avanzan las negociaciones en Alemania: el socialdemócrata Olaf Scholz está a un paso de ser el próximo canciller
El SPD firmó junto a los Verdes y los Liberales un documento de varias páginas en el que acordaron que no subirán impuestos y que mejorarán las metas climáticas. Angela Merkel afirmó que el frente es un buen mensaje para la Unión Europea
No se aumentarán los impuestos, se respetarán los límites de endeudamiento público y se adelantará el fin del carbón en Alemania: los tres partidos empezaron a pasar la página de Angela Merkel y a esbozar la política que quieren llevar a cabo.
Sobre la base del documento presentado este viernes, estas tres formaciones, cuyos programas son muy diferentes, van a profundizar sus conversaciones e iniciar negociaciones oficiales que abordarán, punto por punto, todos los detalles de la futura alianza.
Si estas negociaciones llegan a buen puerto, una coalición entre estos tres partidos asumirá las riendas de Alemania antes de fin de año.
Y la unión conservadora CDU-CSU de Angela Merkel corre así el riesgo de pasar a la bancada de oposición, tras 16 años en el poder, y conocer meses difíciles, entre ajustes de cuentas y definición de una nueva línea política.
No obstante, Merkel dio este viernes el visto bueno al probable futuro gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales. El próximo ejecutivo “será proeuropeo y sabe lo que Europa significa para la paz y la libertad”, aseguró la canciller conservadora, cuyo partido sufrió un revés en los comicios del 26 de septiembre.
“Es un mensaje importante para los otros Estados miembros de la Unión Europea”, añadió durante un viaje oficial a Bélgica.
Coalición inédita
“Hemos conseguido efectivamente ponernos de acuerdo sobre un documento. Es un muy buen resultado, ello muestra claramente que se puede formar un gobierno en Alemania” se felicitó el líder socialdemócrata Olaf Scholz, probable futuro canciller, en una declaración a la prensa con los dirigentes de los partidos ecologista y liberal.
La copresidente del partido ecologista Annalena Baerbock, habló de una “propuesta de coalición de reforma y progreso”, mientras que el jefe del partido liberal, Christian Lindner -posible ministro de Economía del futuro gobierno- se felicitó de la “oportunidad de modernizar la sociedad, la economía y el Estado”.
Los tres partidos, que formarían una inédita coalición al frente de Alemania, elaboraron un documento de una docena de páginas recapitulando sus puntos de acuerdo y las reformas que intentarían llevar a cabo en los próximos cuatro años.
Este documento preliminar prevé que no se aumentarán los impuestos -línea roja impuesta por los liberales- y que se mantendrán los límites de endeudamiento público. Además, socialdemócratas, verdes y liberales quieren adelantar el fin del carbón en Alemania de 2038 a 2030. “Para respetar los objetivos de protección del clima, es necesaria una salida acelerada de la producción de electricidad con carbón”, afirman.
Se trata de una concesión importante a los Verdes, terceros en las legislativas de septiembre, y que son junto a los liberales del FDP -que ocuparon el cuarto puesto- esenciales en las negociaciones para formar coalición de gobierno.
Los conservadores alemanes criticaron este acuerdo preliminar al considerar que representará “un claro giro a la izquierda”.
“Tememos que estos acuerdos comporten un aumento significativo de la inmigración no calificada y un incremento de los solicitantes de asilo”, advirtió Thorsen Frein, vicepresidente del grupo parlamentario de la CDU.
Tal coalición, bautizada “fuego tricolor” o coalición semáforo debido a los colores asociados de los tres partidos, es deseada por cerca de las dos terceras partes de los alemanes (62%), según un sondeo publicado el viernes.
Y la popularidad de Scholz es aún más elevada ya que tres de cada cuatro personas consideran positivo que se convirtiera en canciller.
Si la coalición llegara al poder, tendrá mucho trabajo por delante, en un contexto delicado para la economía alemana, fragilizada por las penurias de materias primas y componentes.
La formación de un nuevo gobierno en Alemania es esperada con impaciencia por los aliados del país, que temen una parálisis, especialmente a nivel de la Unión europea, si no se pone fin al vacío político en Berlín.