No ha sido la mejor semana de Carletto desde que ha vuelto al banquillo del Real Madrid.
Dos derrotas con aire sonrojante y un empate sin goles han sido
suficientes como para poner al entrenador italiano en el foco por sus
controvertidas decisiones. Al margen de que el estado de forma de
algunos futbolistas no ayuda demasiado, Ancelotti ha montado un galimatias en defensa que ha despistado al personal. Es evidente que las bajas de Ramos y Varane son palabras mayores,
pero eso no justifica el despelote defensivo de los dos últimos
partidos ante rivales que, en teoría, tienen que ser presa fácil para el
Madrid. Dijo públicamente que Alaba iba a ser central y a la primera curva le ha puesto de lateral; a Valverde le está volviendo loco con tanto cambio de posición y Nacho
cada vez que sale al campo lo hace para jugar en una demarcación
diferente. Un follón que está perjudicando a los jugadores defensivos
del equipo y que ha convertido la línea de atrás del equipo en un
coladero. Cualquier equipo de medio pelo da la sensación de hacerle oportunidades sin despeinarse al Madrid, que tiene que dar las gracias a que el gran arranque de Courtois ha evitado males mayores. Todavía no han llegado los grandes choques de la temporada y las dudas ya han llegado.
Dejar
salir a los dos grandes centrales de la última década es una decisión
arriesgada pero se convierte casi en temeraria si al crack que has
traído como recambio le pones de lateral contra un equipo recién
ascendido. La calidad de la plantilla y el instinto depredador
de Benzema se quedarán muy cortos si Ancelotti no es capaz de solucionar
las dudas defensivas de su equipo. Y para eso es
imprescindible que el entrenador italiano tenga claro donde quiere que
jueguen sus defensas y mantenga la idea en el tiempo. Y de momento no
parece que lo esté logrando.