Agustín Palavecino: el todoterreno cuestionado por su físico que se liberó para darle otro vuelo a River
Quiso dejar el fútbol y ahora atraviesa el mejor momento desde que llegó de Colombia
A días de cumplir 25 años, Palavecino atraviesa su mejor momento. Brilló el lunes pasado contra Argentinos, pero en sus últimos cinco partidos en fila como titular logró ensamblarse como nunca. Ubicado como volante ofensivo izquierdo en el 4-4-2 o 4-2-3-1 (así jugó con Boca, Banfield y Talleres) o como interno izquierdo al lado de Enzo Pérez soltándose para atacar (lo hizo contra San Lorenzo y Argentinos), el N° 8 comenzó a tomar vuelo. Y ya tiene impregnado el mensaje del Muñeco: “Nuestra idea de juego es la intensidad. No hay que aflojar nunca, aunque tengamos el resultado a favor”.
Hay un punto trascendental que le permitió a Palavecino hacer un clic. En febrero llegó desde Deportivo Cali por 1,8 millones de dólares por el 35% de su pase (el club pagará ahora 1,7 millones por otro 30% tras alcanzar 30 partidos) y en Colombia el torneo estaba en actividad, por lo que no tuvo pretemporada. Más allá de que las primeras prácticas le costaron por la exigencia física, se adaptó rápido, sus primeras respuestas sorprendieron y comenzó a ganar terreno, tanto que debutó de titular contra Boca, en la Bombonera, e hizo un gol en el 1-1 del 14 de marzo.
El gol de Agustín Palavecino a Boca
Pero con el correr de los partidos empezó a sentir el cambio de ritmo. El fútbol colombiano tiene otra velocidad y a Agustín le costó poder sostener la intensidad que pretende Gallardo. Por eso, la preparación entre junio y julio en Orlando, Estados Unidos, fue clave: el técnico hasta lo felicitó por el nivel que había mostrado. A partir de ahí comenzó su crecimiento y ya lleva 37 encuentros (22 como titular) con 1966 minutos, un gol y tres asistencias.
Con 1,78 metros y 73 kilos, Palavecino es un mediocampista ofensivo que se destaca por su visión de juego para distribuir la pelota, su técnica individual, su dinámica para involucrarse con el equipo y su pegada de corta y media distancia. En Platense tuvo sus mejores chispazos como volante ofensivo izquierdo y en Deportivo Cali brilló como enganche detrás del delantero centro. Hoy en River empieza a jugar más así.
Hace un mes, el jueves 30 de septiembre, en una de las últimas prácticas antes del superclásico del 2-1 en el Monumental, el DT lo puso unos minutos a Palavecino de enganche en lugar de Carrascal. Y quedó sorprendido. Se ganó la titularidad aquella tarde en la que todo el Millonario se lució, pero se ubicó como volante izquierdo en un 4-4-2.
Desde aquel cruce con Boca, primero como titular en esta secuencia de cinco juegos en fila en el equipo inicial, Palavecino potenció sus números y se liberó: internamente se soltó al alcanzar esos 30 partidos que definieron la compra de su pase para mirar el futuro con otra calma. De acuerdo a las estadísticas de Stats Perform, sacó a relucir su rol de pasador: logró 156 pases en campo rival para ser líder en River y cuarto en el torneo; aportó 51 pases en el último tercio del campo, solo detrás de Simón (69) y Álvarez (64); ofreció 95 pases para adelante, siendo 5° entre todos los volantes y líder en Núñez.
Pero no todo termina ahí. En los aspectos ofensivos, en este período aportó una asistencia y consiguió crear ocho chances de gol, siendo máximo referente en River junto con Enzo Fernández. Además, remató 12 veces y cinco de ellas fueron al arco, ubicándose sólo detrás de Álvarez, quien tiene 14 remates y siete al arco. En tanto, también es el hombre que más pelotas recuperó en campo rival (11) y está segundo en la lista general con 27, tres menos que Milton Casco y las mismas que Enzo Fernández. Su rol central en el retroceso también se marca en la cantidad de faltas que cometió: suma 12 y, junto con Simón, están segundos en el torneo en estos cinco encuentros. Para el Millonario cortar ataques del rival con infracción es una metodología ya conocida: es el tercer equipo con más infracciones por partido (15,6) en este segundo semestre.
“No me sorprende la evolución de Palavecino porque es un chico muy inteligente. Desde que llegó se insertó rápidamente y quiso aportar lo suyo a un equipo que hace mucho trabaja con una misma idea. Después, como todos, tiene baches. El equipo baja y no siempre se da que los que llegan rápidamente se destaquen. Los procesos son procesos y hay que esperarlos. El tiempo muchas veces se define por la personalidad del jugador”, destacó Gallardo anteayer, tras la consulta de LA NACION.
“Hemos tenido muchas experiencias parecidas. A mí me gusta que el jugador al que no le salen las cosas siga insistiendo. Nosotros acompañamos ese tránsito de los futbolistas que considero que tienen talento para jugar en River. No sólo alcanza con eso. Hay que tener una buena cabeza, una buena familia y un buen equilibrio para la confianza. Mi trabajo como entrenador es apoyar para que con el desarrollo y el tiempo se le den las cosas. A veces se da y a veces no. Todos responden diferente. Pero en River que hay que destacarse por algo te trajeron a vestir una camiseta prestigiosa… hay casos de hasta tipos de más de 30 años con trayectoria a los que les ha costado insertarse”, agregó el DT.
River 3 vs. Argentinos 0: fue figura
Con paciencia, trabajo y constancia, Palavecino se ganó un lugar en este River demoledor que lleva ocho triunfos en fila y está despegado del resto en la cima de la Liga Profesional. Hoy sueña con lograr su primer gol en el Monumental y busca sostener su rendimiento para obtener su primer título en el club como protagonista exclusivo de la generación de juego.