¿Y si Martínez, Romero, Lo Celso y Buendía fueran ilustres desconocidos?
“Las entradas irregulares demuestran que el control sanitario del país es tan estricto como la seguridad de las puertas de los clubes nocturnos”, dice un editorial de O’Globo
Lo que demuestra la entrada irregular de Emiliano Martínez, Cristian Romero, Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía en territorio brasileño es que el control sanitario del país es tan estricto como la seguridad de las puertas de los clubes nocturnos. El extraño espectáculo de un partido de clasificación para la Copa del Mundo interrumpido por la policía y los agentes de policía es típico de esta parte del mundo, donde las cosas no se hacen bien, sólo para pedirlas de manera equivocada cuando hay más gente mirando.
Desde el año pasado, existe un acuerdo entre la Conmebol y los gobiernos de los países afiliados que elude las normas sanitarias nacionales para que los clubes y las selecciones se desplacen por el continente para disputar partidos. Así, el fútbol regresó a Sudamérica durante la pandemia. Pero la ordenanza que establece que los extranjeros que pasen por el Reino Unido (así como por Sudáfrica, Irlanda del Norte e India) en los catorce días anteriores a la llegada a Brasil tienen que hacer la cuarentena es de junio de 2021. Nada impide, sin embargo, que la llamada burbuja del fútbol entienda que una ordenanza brasileña no se aplica a los jugadores que viajan, lo que explica que haya habido una negociación entre la Conmebol, la CBF y las autoridades para resolver el caso de la selección argentina. Una negociación en la que lo que estaba sobre la mesa era la salud de la población.
Nadie debe mentir en la frontera de un país, no hay excusa. Pero quienes tienen que explicar bien esta historia son los mismos que permitieron que cuatro futbolistas argentinos, figuras conocidas internacionalmente, entraran en Brasil como si aquí no hubiera control sanitario. Tal vez sea porque no lo hay.