Una prueba piloto que hizo agua desde la venta de entradas: la Argentina del paleozoico
Retirar los tickets en ventanilla, bajo la lluvia y los días previos, fue un golpe bajo para la gente; hinchas del interior del país hasta tendrán que hacer dos viajes en 24 horas
Dicen que la selección nacional “volvió a enamorar” después de ganar la Copa América. Eso parece y está muy bien: es lo que todos quieren y anhelan. Lo que va a suceder este jueves en la cancha de River se trata de una prueba piloto, proyectando el regreso del público a las canchas en el torneo local y en los otros encuentros internacionales. No podía fallar: la prueba se hace 3 días antes de unas elecciones. Argentina siempre.
¿Cuántas entradas disponibles hubo? 17.000, con valores que fueron desde los $2500 a los $11.500. Un aforo reducido para el Monumental, pero al menos se le da la oportunidad a la gente común y no sólo a los allegados VIP, muchos de ellos devenidos en barras como suele apreciarse en los partidos de la Liga Profesional. La AFA elige una empresa (Autoentrada) para la venta. Por internet, claro. Pasa a ser una suerte de Black Friday: suerte es lo que hay que tener para conseguir el ansiado ticket para ver a Lionel Messi, Angel Di María y Lautaro Martínez.
Se ponen en venta los tickets a las 13 del martes, a 56 horas del partido con Bolivia por las eliminatorias a Qatar 2022. “¿Cómo venís?”, le pregunta un amigo a otro, que está petrificado frente a su laptop, casi sin pestañear. “Y, maso. La página me dice que tengo que esperar unos 570 minutos (unas 9 horas y media) para mi turno y que tengo 148.378 personas delante mío. ¡Son casi 9 canchas de River con este aforo...!”, le responde con poca fe. Realmente, parece más fácil ganar el Quini 6. Una buena: en todo el intento no se les cortó el wifi.
Pero claro, no todo es utopía: hay entusiastas que logran el objetivo. “¡Síiiiiiii, la conseguí!”, grita enfervorizado Pablo, un santafecino. “Voy a ver a Messi”, completando la información hogareña. Pocas cosas le dan mayor felicidad en ese momento. Y empieza precipitarse, ansioso. A planificar el viaje a Buenos Aires para el jueves, calcula salir a la mañana, dar unas vueltas por la ciudad y después enfilar para la cancha. Hasta que toma conocimiento (como tantos otros) de que debe retirar antes el ticket. Pero no “antes del partido”, sino el miércoles. “Una locura. ¿Quién organizó esto?”, vocifera. El hombre baja la cabeza. Le va a salir cara la salida. “¡Ya tengo la entrada! Me vuelvo ahora para Santa Fe y mañana regreso para el partido”, dice, empapado, en el mediodía del miércoles. Son 468 kilómetros aproximadamente por trayecto. Ida-vuelta, ida-vuelta, 1872 kilómetros. Más peajes, nafta, algo para comer, el tiempo perdido y el riesgo en la ruta, manejando bajo la lluvia. Lo mismo le sucedió a gente de Junín: pasarán dos noches en vez de una en Buenos Aires, perderán dos días de trabajo. Y otros de González Catán, de La Plata. Todos con dos viajes a la cancha. Argentina siempre.
El caso del santafecino disparó la alarma: se dieron cuenta (bastante tarde) desde la organización que a la selección también viene a verla gente del interior, que se traslada para un momento único. Entonces es probable que la entrega de tickets incluya la jornada del jueves, es decir, el día del partido. ¡Insólita la imprevisión! ¡Todo insólito!
El enojo de la gente
Volvemos a las largas filas en River. Sí, llueve. No es un tormentón, pero sí contínua. Desde el martes. Y va a seguir hasta el jueves antes del partido. Hileras desde antes de las 8 de la mañana, cuando se abrieron las ventanillas, para canjear la entrada. A la odisea en internet le sigue la “mojada Monumental”. Algunos no entienden por qué. Viven la euforia, sí, llevan banderas de apoyo a la selección y a Messi, también, pero no pueden creer que los traten tan mal como clientes. No piden pochoclos, sino lógica. “Pero si al cine vamos con el QR. ¿Qué le pasa al fútbol?”, dice otro joven. Buen punto. Agregamos: no sólo cine: teatros, compras. Hasta check-in en aeropuertos. ¿Partidos internacionales organizados por la AFA? ¡Bienvenidos al Paleozoico!
“El Gobierno autorizó ayer la venta. Es imposible disponer de 15.000 cadetes que hagan la entrega en 24 horas”, señaló una fuente de la AFA. ¿Y otro sistema? ¿El QR? “No hay un sistema para eso en relación a la venta de entradas”, confesó la misma fuente. Imaginamos, por una cuestión de tacto, que las 4000 entradas entregadas por protocolo a las firmas auspiciantes de la AFA y la selección habrán contado con un modus operandi más sensato.
Hay más (siempre). Los restoranes, por protocolo sanitario, ya no entregan menúes en las mesas: hay que escanear un QR para poder verlo en el celular y elegir. La idea es tener el menor contacto posible de persona a persona con elementos de uso y manipulación constante. Razonable decisión. ¿La AFA? Utiliza un sistema no sólo vetusto, sino también peligroso. ¿Qué se canjea bajo la lluvia y en ventanilla? Una entrada...
Una prueba piloto que empezó haciendo agua por varios lados. Porque hasta la autorización de la venta de entradas por parte del Gobierno Nacional demoró una eternidad, cuando era ya un tema recontrahablado desde hace varias semanas que Argentina-Bolivia se jugaría con público. ¿Una a favor? El canje de entradas fue ordenado. No es poca cosa.
Argentina siempre. Apostando a los goles en contra incluso en momentos en los que deberia haber una fiesta deportiva.