Talleres derrotó a Platense, sigue como uno de los líderes y tiene un modelo que le permite esperanzarse
En Córdoba, el local venció por 2-1 y volvió a igualar la línea de Lanús en el primer puesto; juego de ataque y comprar barato, potenciar y vender caro son premisas del club presidido por Andrés Fassi.
El modelo de gestión ha convertido a Talleres en un club atípico en nuestra primera categoría. La llegada de Andrés Fassi a la presidencia en noviembre de 2014 logró devolver a la élite a una institución por entonces en quiebra y perdida en los confines del Federal A. Asentado en un modelo de dirección profesionalizada, y muy cercana al gerenciamiento, aprendido en el Grupo Pachuca, de México, Fassi modificó todas las estructuras de la entidad y si bien hay socios que le critican métodos y formas, los resultados “hablan”. El Talleres-equipo funciona, es un rival duro de roer para cualquiera y empieza a prenderse en las peleas grandes, incluso pese a ser un constante vendedor de jugadores.
Compacto de Talleres 2 vs Platense 1
Desarmar y volver a armar un engranaje futbolístico cada seis meses es un reto cotidiano para los directores técnicos del fútbol argentino. Los futbolistas van y vienen en bloque en cada mercado, y en ese sentido, Talleres no es ninguna excepción. Contrariamente, integra la lista de los más “inquietos”, algo que desespera a sus hinchas. Lo sufrieron cuando se fue Nahuel Bustos, la gran promesa de los últimos tiempos. Lo repitieron este año con las sucesivas marchas de Tomás Pochettino, Federico Navarro, Piero Martín Hincapié, Andrés Cubas y Franco Fragapane; un goteo permanente de despedidas que dejó al Cacique Medina sin seis titulares. Y sin embargo...
Algo tiene Talleres. Para empezar, un estilo reconocible, el que mostró durante tres cuartas partes del encuentro ante Platense. La pelota como referente, la idea de asociarse en torno a ella para llegar en masa al área y ese tic-tac bien “guardiolano” que intenta desordenar al rival que espera para hacer el pase que duele en el momento adecuado. A veces le sale muy bien y saca ventajas de ese modo. En otras, como ocurrió durante el primer tiempo frente al Calamar, el adversario sabe cerrarle los espacios, taparle a Ignacio Méndez –el habitual bastonero del centro del campo– y esterilizar su aparente dominio.
Entonces surge otra virtud: la paciencia. Sabe el equipo de Medina (el uruguayo acabará su contrato en diciembre y su continuidad es una enorme incógnita) que en algún momento habrá una desconcentración del rival, o un rebote afortunado, o ambas cosas a la vez. Al minuto del segundo tiempo, ese rebote le cayó a Diego Valoyes, se despistó la defensa marrón y Héctor Fértoli acomodó de zurda el centro atrás junto al palo derecho. Igualó enseguida Platense, por medio de Augusto Schott, pero nada cambió para el puntero del campeonato. Subió por su banda Enzo Díaz a los 14, despachó el centro, varios hombres de camiseta azul y blanca invadieron el área y por detrás de todos Carlos Auzqui clavó el derechazo para el 2-1. Después volvieron la pelota al suelo y el control del juego para cerrar el duelo sin pasar agobios.
Los autores de los tantos ejemplifican otras claves del “modelo Talleres”. Fértoli llegó en préstamo desde Racing, y había pasado por San Lorenzo, en ambos casos sin dejar huella. Auzqui tropezó en River, Huracán y Lanús antes de aterrizar en la Docta. Lo mismo se puede decir de Mateo Retegui, en préstamo desde Boca, e incluso de los ya transferidos Cubas y Pochettino. En contrapartida, Schott pertenece a la entidad cordobesa y es sólo uno de los 18 jugadores que el club tiene cedidos por el mundo. Comprar barato, prestar y vender caro es parte de ese sistema de negocios impuesto por Fassi. Una fórmula que puede gustar más o menos, pero que con los números en la mano resulta difícil de discutir.
“Estamos tan ilusionados como los hinchas”, decía Auzqui, la figura de la tarde, tras el triunfo. También sobre el césped y con casi medio campeonato jugado, el Talleres del Cacique Medina expone argumentos suficientes para sostener la vanguardia.
El entrenador Alexander Medina tuvo toda la semana de trabajo y dispuso de la totalidad de los futbolistas del plantel para los entrenamientos. Platense, en tanto, venía de un 1 a 1 contra San Lorenzo y está cumpliendo una campaña irregular, en la que ganó apenas dos encuentros.