¿Qué podía salir mal?
Lando Norris perdió un triunfo casi seguro por aferrarse a las ruedas de seco en lluvia: "Yo decidí quedarme fuera, me dijeron que la lluvia no aumentaría".
En McLaren no se señala con el dedo ni se buscan conclusiones a toda prisa, es una de las señas culturales del equipo de Andreas Seidl. En los próximos días analizarán qué les llevó a tomar la decisión de no cambiar ruedas y, sobre todo, a no enmendarla a tiempo. Hubo tiempo: había que parar en la vuelta 47 (Bottas o Raikkonen, entre quienes más remontaron; se podía en la 48 (Verstappen y Sainz lograron así al podio) y aún era posible en la 49 (Hamilton). Lando lo hizo en la 51, con todo ya perdido. En caliente, parece evidente: el piloto no lo vio claro y la enorme ventaja sobre el resto del pelotón, de casi medio minuto, le animó a defenderse en la pista. Los ingenieros no esperaban que en cuestión de segundos, la climatología diera un vuelco a la carrera. El radar meteorológico que seguía Mercedes sí acertó con la tormenta.
"Estoy descontento, devastado. Decidimos seguir fuera y lo mantuvimos. Fue un error al final, pero tomé la decisión tanto como el equipo. De hecho, es más bien que ellos pensaban que debía parar y yo decidí quedarme fuera, así que fue mi decisión. Pensaba que era lo correcto. Me dijeron que la lluvia seguiría igual y con la misma cantidad, habría sido la decisión correcta no parar. Pero luego fue a más y eso nos cogió", dijo Norris, séptimo en meta. Con el cuarto de Ricciardo, McLaren salva el fin de semana y suma más puntos que Ferrari para defender el tercer puesto en constructores. Pero tan cerca de la segunda victoria consecutiva, no es consuelo.
Seidl, al frente del equipo, prestará "atención a la decisión de seguir con slicks con Lando cuando se cambió a Ricciardo relativamente pronto. Hay decisiones complejas que se deben tomar cuando empieza a llover y nunca es fácil". Los ánimos en el garaje, en cualquier caso, estaban por los suelos el domingo a la hora de recoger y ensamblar los materiales, y enviarlos a Estambul. Zak Brown lo siguió todo desde California, porque el CEO de McLaren Racing asistió al final de la IndyCar. Y para más inri, su piloto, Pato O’Ward, abandonó a las primeras de cambio y se quedó sin opciones de disputar el título en Long Beach. Dos semanas después de tocar la gloria con el doblete en el GP de Italia, la F1 mostró su peor cara al segundo equipo más laureado de siempre.