Pfizer explica por qué prefirieron hacer una vacuna menos potente contra la COVID-19

Philip Dormitzer, director científico de Pfizer, niega que la empresa esté impulsando la administración generalizada de terceras dosis.

Mario Espinosa de los Monteros
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En declaraciones al Financial Times, Philip Dormitzer, director científico de Pfizer, ha señalado que su empresa rechazó desarrollar una vacuna contra la COVID-19 más potente para evitar efectos secundarios e “infecciones revolucionarias”. Estas declaraciones se producen días después de que se publicase un estudio en el Journal of the American Medical Association que demostraba un mayor nivel de anticuerpos en la vacuna de Moderna que en la de Pfizer.

"Usamos el nivel de dosis mínimo que nos proporcionó una respuesta inmunológica en los adultos que fue mayor que la respuesta inmunitaria que vimos después de la infección natural", señaló Dormitzer sobre la vacuna desarrollada por su empresa.

Dosis de refuerzo

Por otro lado, el director científico de Pfizer defendió a su compañía ante las críticas que sugerían que Pfizer se encontraba presionando a los gobiernos para que se impulsase la dosis de refuerzo de su vacuna antes que la administración de terceras dosis tenga un respaldo y consenso científico.

Por ello, Dormitzer afirmó que “la decisión de aplicar la dosis de refuerzo” es función de los responsables políticos y no de Pfizer. A pesar de ello, el director de Pfizer cree que es necesario ser capaz de anticiparse a posibles complicaciones derivadas de nuevas variantes de la COVID-19.

"Ser muy proactivo y asegurarse de que la solución esté en su lugar antes de una crisis es importante; creo que es lo correcto". Además, señaló que el trabajo de Pfizer es "crear la herramienta que se necesitará para el problema que se avecina” y que “si esperáramos hasta que se produjeran avances generalizados de enfermedades graves para avanzar en una solución, sería demasiado tarde".

Terceras dosis a inmunodeprimidos

Hace tan solo unos días la Agencia Europea del Medicamento (EMA) descartó administrar terceras dosis de la vacuna contra la COVID-19 a la población general, pero sí consideró conveniente la aplicación de dosis de refuerzo a “personas con sistemas inmunológicos severamente debilitados”.

De hecho, la Comisión de Salud Pública de España aprobó ayer la administración de estas terceras dosis a pacientes en “situación de grave inmunosupresión” que tengan trasplante de órgano sólido, sean receptores de trasplante de progenitores hematopoyéticos y las personas que se encuentren en tratamiento con fármacos anti-CD20.


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