Los perros hablan, pero su idioma no es el nuestro
La vocalización de los perros tiene diferentes significados que son necesarios descifrar con un código particular
Al perro no le falta hablar, lo hace, pero en su idioma.
El por qué los perros no hablan lo debemos explicar técnicamente y no bajo el influjo de la voluntad de sus dueños que con seguridad nos justificarían de una y mil maneras que sus perros si hablan, cómo y por qué y, lo que es peor, tal vez tengan razón.
Los perros, como cualquier otro animal a excepción del hombre, no tienen el uso de la palabra articulada, sin embargo, su expresión vocal: el ladrido es una pauta más que interesante que merece un análisis detallado.
Es un error más que habitual pensar que un perro que nos ladra es una amenaza clara para nuestra integridad en breve plazo. El ladrido no es otra cosa que un grito de alerta. Un llamado de atención que alerta a la jauría, a cachorros y adultos, a la jauría canina y ala humana también.
Dicho llamado de alerta pretende tener dos consecuencias: que los más débiles, los cachorros, vayan a su refugio y que el resto de la jauría se reúna en estado de alerta amarillo o emergencia.
Ahora bien, el ladrido, o sea, en términos humanos, la sirena, la campana, el llamado de alerta, me dice algo sobre la naturaleza del supuesto peligro que se avecina.
Nada, absolutamente nada, preparamos las huestes para la lucha, pero es a lo mejor la lucha no tiene sentido, pero...por las dudas.
Sólo al identificar el motivo de alerta el ladrido es reemplazado por una actitud complaciente o guerrera.
Los ataques de los perros son en general silenciosos, aunque, a decir verdad, los más frecuentes son aquellos que van precedidos y se acompañan con un importante gruñido.
¿Qué significa ese gruñido? Ese gruñido, con una expresión en la cara de labios retraídos, mostrando los dientes, significa un esbozo de miedo, sólo que el miedo, la necesidad de huida, es inferior a la posibilidad de un eventual ataque. Y por eso ataca.
Otra forma de expresión vocal del perro es el rezongo, especie de ronroneo amenazaste y permanente que indica un poco más de temor que la anterior situación pero que para nada significa resignar el ataque. Es un momento de indecisión. Rezongo porque quiero atacarte y si te ataco dejo de rezongar y se acabó.
Pero si el miedo domina, entonces aparece el ladrido de emergencia como una expresión de auxilio intercalada con el rezongo, expresión de la voluntad de ataque.
Si el miedo vence totalmente, el ladrido será la voz única en forma fuerte y repetitiva hasta que la amenaza desaparezca y será como una metralla, con un grito persistente y repetitivo: guau, guau, guau, hasta definir la situación de emergencia o amenaza.