La reinvención de Íker Casillas como hombre de negocios

Dubai, ABC 
Hace dos años la vida le dio un aviso que le enseñó a priorizar y levantarse ante la adversidad. Lejos del terreno de juego y separado de su mujer y madre de dos hijos, a sus 40 años Íker Casillas continúa consolidándose como hombre de negocios. El último de sus proyectos le ha llevado a fijar sus miras en Dubái, donde ha abierto un centro de entrenamiento para porteros. Un proyecto que nace de la colaboración con el equipo Fursan Hispania FC, que dirige el también exfutbolista Míchel Salgado, y que se presentó el miércoles en la sede del Consejo de Deportes de Dubái con la presencia del secretario general de la institución, Saeed Hareb.

«Este centro de formación es como empezar una segunda vida», declaró en la rueda de prensa haciendo alusión al infarto que sufrió el 1 de mayo de 2019, durante un entrenamiento con el Oporto. «Para ser portero hay que tener algo especial. Es una posición única, de verdadero especialista, que soporta una carga emocional y una responsabilidad muy grande. Por eso creo que necesita una preparación diferente que puede ofrecer mi equipo de trabajo a través de mi experiencia, de nuestro método y de nuestros cualificados técnicos», puntualizó.

El lanzamiento de este centro coincide con el reconocimiento obtenido por la revista ‘Forbes’, que le incluyó en el top 100 de los españoles más creativos en el mundo de los negocios. La publicación le seleccionó por su labor en el ámbito de la salud y el bienestar gracias a su inversión en Kognia, la startup de tecnología de análisis del rendimiento táctico en el fútbol. Esta herramienta va dirigida a clubes, ligas, federaciones o medios de comunicación.

El 5 de marzo creó la empresa Iker Casillas Academy S. L, cuyo objeto social es el desarrollo de actividades para promover el desarrollo deportivo de niños y adolescentes».

Casillas siempre se ha considerado «muy clásico» a la hora de invertir. «A mí me gustan las cosas conservadoras, no soy de grandes lujos», declaró a ‘Forbes’ en 2018, asegurando que nunca se metería en bolsa. «No dormiría, estaría pendiente de muchas cosas, y en una cosa que no entiendo no sería capaz».

Mientras Íker presentaba su proyecto en Dubái, Sara Carbonero acompañaba a sus dos hijos en su primer día de clase después de las vacaciones.

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