La obsesión de Modric a los 36
El croata cumple años con el objetivo, a fuego, de hacer otro buen año con el Real Madrid para llegar en plena forma al Mundial de Qatar del invierno de 2022.
El croata lo ha ganado todo como madridista: cuatro Champions, cuatro Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, dos Ligas, una Copa del Rey y tres Supercopas de España. Pero no sólo eso: su juego ha sido reconocido internacionalmente con los premios individuales más prestigiosos: ganó el Balón de Oro 2018, el Premio The Best al Jugador de la FIFA 2018 y el Premio al Jugador del Año de la UEFA 2017-18. Además, fue nombrado Balón de Oro del Mundial de Rusia-2018, donde llevó a su selección a disputar la final ante Francia.
Y lo hizo tras superar una dura lesión: en la campaña 2014-15, el centrocampista se lesionó jugando para su selección en un encuentro ante Italia valedero para la Eurocopa de 2016. Sufrió un arrancamiento del tendón proximal del recto femoral izquierdo: se perdió más de 20 partidos entre Liga. Copa, Mundial de Clubes y Champions. Tras regresar y participar en seis encuentros, se volvió a lesionar: tuvo un esguince en la rodilla derecha. El Madrid notó su ausencia: perdió la Liga y fue eliminado por la Juventus en la Champions.
Precisamente ha sido en estos últimos años cuando la influencia de su juego se ha hecho más evidente. Acompañado por Casemiro y por Kroos, el Madrid, bajo su liderazgo, juego y determinación, levantó tres Orejonas consecutivas (2016-2018), algo que no se veía desde la década de los 70 cuando el Ajax (1971- 73) primero y luego el Bayern muniqués (1974-76) lo hicieron. Ese 2018 llevó a su selección a jugar la final del Mundial de Rusia, y se planteó abandonar las filas blancas debido a una mareante oferta del Inter. Ante la negativa del Madrid a traspasarle, se quedó en el conjunto blanco. Un año después, su liderazgo era (lo sigue siendo) incuestionable. Toda una referencia que a partir de ahora se verá acrecentada al ser el cuarto capitán en el escalafón aunque su jerarquía, casi siempre en un plano secundario, sin alzar una voz más alta que otra, está siempre presente.
Su juego, liderazgo y ser uno de los pesos pesados del vestuario tuvo premio. Si en noviembre de 2020 mandaba un mensaje optimista en cuanto a su continuidad (“Yo quiero seguir en el Real Madrid hasta que sepa que puedo seguir ayudando el equipo y sé que ahora puedo. Nadie va a estar más contento que yo si consigo retirarme en el Madrid”, dijo el día antes de medirse al Inter en Milán, precisamente el equipo que le quiso fichar en 2018), apenas un mes después renovaba su contrato con la entidad blanca hasta junio de 2022. Y si sigue jugando como ha venido haciéndolo en los últimos tiempos no parece que sea el contrato definitivo que firme con los blancos: su idea pasa por jugar el Mundial de Catar en noviembre-diciembre de 2022. El Last Dance de la generación de oro croata.
Decía el propio Modric en su regreso a los entrenamientos en Valdebebas que volvía tras sus vacaciones con mucha ilusión: “Contento de ver a mis compañeros, con muchas ganas de trabajar, prepararme bien y ayudar al equipo a hacerlo bien”. Tras perderse este parón de selecciones por una lesión en el aductor (tampoco jugó con el Madrid), podrá estar disponible para medirse al Celta (21:00h) en el regreso del Madrid al Bernabéu... ¿en su última campaña?
Curso inolvidable
La temporada 2017-2018 fue inolvidable para Luka Modric. Tras ganar por tercera vez consecutiva la Champions con el Real Madrid y ser segundo en el Mundial de Rusia con su selección, el centrocampista croata se convirtió en el único jugador en la historia del fútbol que ha ganado el Balón de Oro, el trofeo del mejor jugador FIFA (llamado The Best, donde superó a Cristiano Ronaldo y al egipcio Mohamed Salah: el croata consiguió el 29,05% de los votos; el portugués, el 19,08% y, por su parte, el atacante africano logró el 11,23%), el trofeo del mejor jugador de la UEFA y el trofeo al mejor jugador de la Copa del Mundo en un mismo año. Y es que esa campaña, el croata estuvo a un nivel formidable: jugó 43 partidos con el conjunto blanco (entre todas las competiciones), anotando dos goles y dando ocho asistencias. Con su selección participó en 12 encuentros (entre amistosos y el propio torneo mundialista), marcando dos goles y dando una asistencia en el encuentro de semifinales ante Inglaterra. En ese torneo, fue proclamado Mejor jugador de la Copa del Mundo por delante de Eden Hazard, su actual compañero, que logró el Balón de Plata, y del francés Griezmann, Balón de Bronce. Nadie lo había hecho antes, y nadie lo ha logrado después.