La llegada de los cachorros al mundo es un momento sublime para aprender

El parto de una perra puede enseñar más y mejor que algunos cursos específicos

Dice la memoria popular referida al parto de las perras: “Las perras se arreglan solas” y sería pertinente agregar: “hasta que dejan de hacerlo y entran en dificultades”.

Esa es la razón más importante por la que es conveniente atender la preñez de la perra desde el momento en el que comienza, monitoreándola por todos los medios posibles y asistiendo a la madre en su alimentación y necesidades sanitarias y operativas.

La perra es capaz de concebir naturalmente una gran cantidad de cachorros en el mismo período de preñez.

Como la cantidad de cachorros en la especie canina es numerosa, el útero de la perra tiene dos “ramas “o prolongaciones bifurcadas desde el cuerpo llamadas cuernos.

La nidación de los embriones y el desarrollo de los fetos ocurren en los cuernos.

El cuerpo del útero en la perra es tan solo un lugar de paso.

De una manera teórica, pero reconocible en la práctica, el parto se divide en tres etapas o fases cada una de ellas consecutivas cronológicamente.

La fase preparatoria es la primera de las etapas y comienza con el cambio de comportamiento de la hembra y la baja de su temperatura. Termina cuando ocurre la primera contracción.

La futura madre estará inquieta y agitada, jadeante y temblorosa.

Como la cantidad de cachorros en la especie canina es numerosa, el útero de la perra tiene dos “ramas “o prolongaciones bifurcadas desde el cuerpo llamadas cuernos (Getty Images)
Como la cantidad de cachorros en la especie canina es numerosa, el útero de la perra tiene dos “ramas “o prolongaciones bifurcadas desde el cuerpo llamadas cuernos (Getty Images)

En esta etapa los lobos arman, el llamado cubil, un pozo en la tierra con aislación térmica y a prueba de intrusos.

Los perros, perfectos imitadores de sus ancestros, pretenden hacerlo rascando el piso cerámico de la cocina y terminan conformándose con las posibilidades que le brinda el mundo civilizado, a través de su dueño.

Con frecuencia, las perras eligen la cocina de la casa para dar a luz, porque la consideran un lugar seguro y sobre todo una fuente segura de alimento.

Todo debería transcurrir sin complicaciones, pero mantener informado a nuestro veterinario permitirá tener su ayuda a mano en caso de que surjan complicaciones.

Es importante estar preparados y saber que el 85 % de los partos ocurren de noche.

Nuestra perra no tiene porqué ser la excepción.

El nacimiento de cada cachorro es en sí un parto único enmarcado en una sucesión de ellos.

Cada cachorro que nace lo hace en un parto independiente pero conectado a los demás de su camada.

Aquí comienza lo maravilloso y verdaderamente increíble.

La futura madre estará inquieta y agitada, jadeante y temblorosa (Getty Images)
La futura madre estará inquieta y agitada, jadeante y temblorosa (Getty Images)

Uno de los espectáculos más sorprendentes del mundo animal.

La madre actuará, a partir de ahora, como un autómata, como si hubiera estado poseída por todos sus ancestros y con un guion claro y preciso perfectamente marcado, sigue pasos muy reglados y determinados.

Se lamerá la vulva con muy marcada insistencia tratando de facilitar la salida del cachorro que asoma.

Surgirán contracciones fuertes que harán posible la aparición del cachorro envuelto en la bolsa y circundado por la placenta que a manera de salvavidas lo rodea en el torso.

La madre seguirá lamiendo nerviosamente su vulva y luego al cachorro hasta que salga totalmente.

En ese momento rasgará las envolturas y cortará con maniobras precisas y repetidas el cordón umbilical.

El 85 % de los partos ocurren de noche (Photo by John Phillips/Getty Images)
El 85 % de los partos ocurren de noche (Photo by John Phillips/Getty Images)

Primero lo masticará con sus muelas y luego lo estirará con los incisivos, como hacen los chicos con los chicles, para garantizar la oclusión de los vasos y evitar el sangrado.

A partir de allí la madre se dedicará al cachorro lamiéndolo para limpiarlo, para generarle un persistente ejercicio pasivo y para eliminar sus excrecencias que comerá.

Todo esto se repetirá con cada cachorro con dedicación creciente a medida que vayan naciendo.

Finalmente se produce la expulsión de placentas y bolsas anexas de protección del cachorro durante la preñez.

Puede ocurrir que las elimine inmediatamente después del nacimiento del cachorro correspondiente, o tal vez con otro nacimiento posterior o bien al final de todos los partos de esa camada.

La madre puede comerse la placenta, en un sorprendente mecanismo atávico para evitar atraer a los predadores.

Lo cierto es que entendiendo que los animales de afecto y compañía superan a los que el ser humano puede atender económica y afectivamente resulta muy difícil sustraerse al encanto y la atracción de un parto perfecto y aprender de él el milagro de la vida.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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