Haaland tenía un punto débil
"Lo ha practicado mucho", afirmaba su compañero Hummels después del partido cuando le preguntaron por el cabezazo de su compañero. Durante las últimas semanas se veía a un Haaland inconformista, que decía que todavía podía mejorar su cuota de goles. Muchos lo observaban como declaraciones de cara a la galería, que nada podía estar fallándole al cíborg noruego. Pero no era así. Haaland se traía entre manos una evolución. Había percibido que no era lo suficiente certero en su remate de cabeza. En la técnica, en el posicionamiento y en el golpeo. Y lo ha trabajado durante meses. Empezó ya con Terzic en el banquillo y ha seguido con Rose.
"Ahora puedes ver lo que se gana con el trabajo: por haber mejorado tanto su juego de cabeza, definitivamente conseguirá diez goles más esta temporada", señalaba Hummels. Haaland acababa de marcar su segundo tanto de cabeza del ejercicio. Se posicionó bien, calculó y se ajustó al centro de Meunier. Después corrió eufórico. "Es gracias al trabajo extra", afirmaba Hummels que lo sabe de primera mano. Tras las sesiones de entrenamiento, él se viene quedando con Haaland para ayudarle en el perfeccionamiento de su juego aéreo. "Ha sido un remate perfecto, si Erling es capaz ahora también de rematar de cabeza con esa calidad e incorporar eso...", se felicitaba Rose. Haaland, por extraño que parezca, sigue mejorando...