El indiscutible es Lemar
El francés rescata al Atlético en el 98' tras una primera mitad para olvidar. RDT adelantó al Espanyol y Carrasco empató. Griezmann, gris en su reestreno.
Porque Griezmann volvió para ser titular y Simeone lo encajó como pudo. Sin arrebatarle el sitio a quien se ha llenado la rojiblanca de galones, Correa, en estos dos años, tres meses y 26 días de ausencia. El experimento, lleno de nombres, Grizi, Angelito, Suárez, Llorente, Carrasco..., no encajaba en el verde, con un 5-2-3 al que pronto se le vieron costuras. Faltaban hombres al centro. Y el Espanyol no quería ser un convidado de piedra en la fiesta del regreso del marido de Erika. Ponía la casa, la gente, 15.321 personas, la piedra ante Simeone. Los errores, pronto, nada más comenzar, se los pidieron los rojiblancos, desubicados en el extraño traje táctico. Savic estrenó su cuarta capitanía comprometiendo a Oblak. Fue un balón tuyo-mío-de nadie que le robó Melendo para probar por primera vez el guante del portero quien, por cierto, respondió con otro de sus milagros.
Los rojiblancos tenían el control pero las ocasiones eran de un Espanyol que se alzaba ante el Cholo como una foto del viejo Atleti, ese al que costaba un mundo encontrarle agujero. A la contra y combinativo, soberbio Darder, en tres pasos, se plantaba ante Oblak con el uuuyyy en la boca. Embarba, un tormento. RdT obligando a Felipe a sacar bajo palos. Llegando y llegando. A lo gota malaya. Plim, plim. Incansables.
Y los minutos iban pasando, y lo que para el Atleti era día con música de tango, “volveeer”, se iba enredando en esa guerra por el espacio, sin pólvora pero feroz y devastadora. Mucho nombre, pero poco hombre. Que desestabilizara, que rompiera entre líneas. Griezmann volaba libre pero dos años, tres meses y 26 días después, la capa estaba algo raída. Camina por un Atleti distinto, que aún no conoce. Y parecía perdido, como si siguiera en el Barça. Echando terriblemente de menos al sacrificado con su entrada: Lemar.
Antes del descanso el Atleti habría perdido el balón y también el marcador. Que tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por estallar los guantes de Oblak. Fue un córner, en la jugada justo posterior a que éste sacara otra mano milagro ante Embarba. Rdt cabeceó la pelota a un lugar imposible. Del primer palo al segundo. Donde San Jan no llegó, por mucho que se estirara. Simeone se fue a la caseta entre una nube de dudas.
Los hombres, al verde
Y nada más regresar, tres cambios. Porque ante tanta duda una única certeza: su equipo estaba descompensado. A la ducha Hermoso, Correa y Trippier. Al verde Kondogbia, Lemar y Lodi. Es lo que tiene el campeón, recursos. Comenzó otro partido. Creció el Atleti desde la presión tras pérdida. Con Kondogbia, la profundidad de Llorente y la amenaza de Lemar. A los cinco minutos afeitó el palo, a los siete perforó portería. Pero aquí el VAR. Suárez, que había intentado llegar antes que Lemar al pase de Llorente, lo hacía un pelo en fuera de juego. Y al campeón se le mira con lupa. Seis minutos tardó el árbitro en ir a la pantalla y decidirse. El 1-1 se fue. Regresó el 1-0.
Y pesó sobre los rojiblancos, que perdieron mando ante un Espanyol refrescado. Hasta que Carrasco se lo quitó de encima. Primero luchando entre cinco un balón, después inventándose un golazo. Y João ya estaba de vuelta y Grizi en el banco cuando apareció el cartelón con ese 10 de descuento que a Moreno le quitaba vida y al campeón se la dio. Con un derechazo de ese hombre, Lemar, que ya es el nombre.