El Barça pasa a estado vegetativo
El equipo blaugrana sigue sin reaccionar y acaba con diez, Ter Stegen evita la derrota en un partido en el que expulsaron a De Jong y a Koeman, que tiene las horas contadas.
De entrada quedó muy claro que el pack que esperan los barcelonistas -y pónganlo en el orden que más les guste- de conjugar juego y resultado era una quimera. Cualquier espectador supo de entrada que lo máximo que podía esperar del Barça era un resultado y gracias. Lo del juego, se sigue aplazando.
En eso, el Barça es tan honrado como nefasto. Te deja claro de entrada que va a jugar mal. Así que la única ilusión es la de que alguien del equipo rival se equivoque y facilite la tarea.
Los primeros 45 minutos del partido fueron una invitación para pasarse al cricket. Un partido espeso, lento, con casi más pérdidas que pases y en el que las áreas eran una zona prohibida. Del Cádiz se podía esperar este planteamiento, porque si sigue en la máxima categoría es a base de saber hacer de la necesidad virtud, pero en el equipo de Koeman la sensación de impotencia aumentaba cada minuto que pasaba.
Nadie en el conjunto blaugrana era capaz de romper una línea, de crear una superioridad o de regatear a excepción de Memphis y Gavi, pero como resulta que esto es un juego de asociación, en el momento de pasar el balón a alguien, éste siempre llegaba a un jugador que lo perdía o que lo retrasaba.
El fútbol es tan grande que hay que destacar que el publico del estadio animó el cotarro con una fe tremenda. Que siguieran despiertos ya tenía mérito, lo de animar ya es de otro planeta. Y es que el primer disparo a puerta llegó pasada la media hora de juego. Un chut flojito, centrado y sin problemas para Ledesma que atajó Ledesma mientras se desperazaba.
Más allá de esta amenaza inane, el juego del Barça se limitaba a cargar el juego por la banda de Dest, que en la izquierda corre lo mismo que en la derecha, pero se equivoca más que un concursante de humor amarillo. La última decisión siempre fue incorrecta.
Ante este panorama, el Cádiz aguantaba sin agobios, pero con el contratiempo de la lesión de Fali, que a los 40 minutos se tuvo que retirar del campo tras un mal gesto en la rodilla. En su lugar entró Jonsson, pero nada cambió hasta el descanso. El único dato hasta el momento a reseñar es que el Barça había perdido en medio partido 26 balones.
Sergi Roberto al inicio de la segunda parte por un Demir al que esto le va demasiado grande , mientras que Álvaro dejaba su puesto a Salvi. Los recambios, de entrada, parecieron sentarle mejor a los andaluces, porque al minuto de regresar al campo Negredo obligó a lucirse a Ter Stegen.
Esta ocasión marcó el inicio de un nuevo partido en el que, por lo menos, las áreas dejaron de ser la Ciudad Prohibida. Memphis falló a un metro de Ledesma un remate que saldrá en los resúmenes del año, luego Ledesma salvó el primer disparo serio de un partido que se rompió a los 65 minutos cuando el árbitro expulsó a Frenkie de Jong por doble amarilla. La segunda, más que rigurosa, pero al ser amarilla no había opción de revisión.
Koeman reaccionó dando entrada a Coutinho por un Luuk de Jong que sigue jugando con la reductora y dio entrada a Nico por un Gavi que hasta el momento había sido lo mejor del Barça y en el intento a la desesperada salió Riqui buscando el milagro. Su entrada se notó, la primera pelota que tocó supuso un contragolpe del Cádiz que Ter Stegen salvó in extremis.
El final fue una locura. Con Memphis fallando una ocasión que fue el preludio de una jugada en la que Busquets paró el último ataque del Cádiz chutando un segundo balón y el partido acabó con Koeman expulsado. El Barça se queda en estado vegetativo esperando a que alguien le desconecte. No parece que vaya tardar demasiado.