De la resurrección a la amargura
El Villarreal estuvo contra las cuerdas, luego resucitó y al final dejó escapar una victoria clave tras el pinchazo del United. Trigueros y Danjuma fueron los goleadores.
Emery fue valiente de inicio. Contar con Parejo y Gerard, recién salidos de lesiones, seguramente lo hubiera hecho cualquiera. Son los estandartes de este equipo y da igual lo que marque el cuentakilómetros de sus piernas. Pero mantener en el once a Yeremy, con la de figuras que tiene alrededor, es un punto a su favor que no hace más que confirmar su confianza en la cantera. El problema del técnico es que al resto le costó seguir su arrojo. Pese a la experiencia de algunos pilares como Albiol, el Submarino de Pau salió demasiado encogido. Y el Atalanta, que lo percibió, le pasó por encima en los diez primeros minutos. Se adelantó con un derechazo de Freuler y pudo matar minutos después con otro disparo envenenado de Gosens que hizo lucirse a Rulli y, al instante, con una contra mal coronada por Pessina. El Villarreal no pasaba de medio campo, bloqueado con la presión que un día patentó el Atalanta y que convierte siempre en la catapulta de su ataque. Hasta que Trigueros no asomó por el área en el 22’, La Cerámica parecía la sala de espera del dentista. O más incluso: un sombrío tanatorio.
Gerard fue el encargado de nivelar el encuentro. Empezó a pulular entre líneas, castigando la espalda de De Roon, y a lanzar a Dia en busca de los espacios. Del internacional español fue la mejor ocasión en el 34’. Una aparición que Musso frenó a bocajarro. El Villarreal seguía por debajo pero, al menos, ya se había dado cuenta de que el Atalanta también tiene defectos. Así, el medio campo se fue adueñando de su parcela hasta hacer recular a su rival varios metros. Fue en una pérdida en la salida, condenada por Capoue, donde Gerard y Pedraza encontraron a Trigueros en otra de sus llegadas desde atrás. El de Talavera no perdonó, poniendo el empate en un momento clave. Fue en ese minuto 39 cuando el Villarreal por fin se concienció que, tras tantos años de pelea en la Europa League, el ritmo de la Champions es otro diferente. Gerard, desatado a esas horas, pudo obrar la remontada justo antes del descanso, pero Musso, otra vez, recordó que es un pulpo de los caros. Por algo costó este verano 20 millones de euros.
Villarreal y Atalanta regresaron de los vestuarios haciendo cuentas. Tres puntos siempre saben a gloria. Uno, aun con bajón, permitía ver el vaso medio lleno. Y cero, con el United echando humo al final de la cola, es simplemente la antesala del matadero. Los dos equipos, alegres por naturaleza en su juego, fueron bastante más cautelosos de lo que acostumbran. El Atalanta volvió a salir con más nervio. Seguro de su plan. Sin un fútbol vistoso fue ganando los duelos individuales y así fue acercándose a las barbas de Rulli. Zapata, un incordio para Albiol, tuvo el segundo en un perfecto córner botado por Malinovskyi. Su cabezazo (52’) se estrelló en el larguero. Entonces llegó el carrusel de cambios. Y ahí Emery volvió a impartir su maestría. Si hizo de psicólogo en el primer tiempo levantando a un muerto, en este segundo sacó su destreza de arquitecto. No se pueden hacer mejores reformas en menos tiempo en un bloque que hace un rato sólo tenía goteras.
De repente logró un imposible: de volver a ir cuesta arriba a gozar de más ocasiones. El corazón del Villarreal, ahora con Coquelin, Moi y Danjuma, volvía a latir. Con esa inercia llegó el 2-1. Gerard asistió a Danjuma, gracias a una recuperación de Parejo, para que el delantero machacara, como hizo en el Wanda, y se metiera a la afición en el bolsillo. Su gol le envalentonó hasta el punto de animarle a buscar la sentencia. Pero la Champions te pone pronto en tu sitio. En dos minutos llegó el empate de Gosens y la segunda amarilla de Coquelin, que justo había aparecido en escena como medida preventiva para que no expulsaran a Capoue. La igualada dejó frío al personal. Fue en ese momento cuando Villarreal y Atalanta, actores principales de esta noche europea, volvieron a acordarse del Young Boys, su inesperado y exitoso telonero. Y se retorcieron. Por lo que les hizo sufrir y por lo que les espera. Ya le pasó en su día a los Guns N’ Roses con Metallica. Un día lnfravaloras y al otro llamas de usted a quien decías tú.