Contrarreloj por Mbappé
El Madrid confía en la actitud del jugador, pero el PSG tiene cuatro meses para hacerle cambiar de opinión". La tensión es máxima.
En el Madrid hay optimismo pues Mbappé ha dado sobradas muestras de mantenerse firme en su intención de jugar en el club blanco. La mejor prueba de ello es la última oferta de renovación que llegó desde Doha y que rechazó. Habría pasado a cobrar 45 millones netos por temporada, el futbolista mejor pagado del planeta, además de recibir una suculenta prima por la operación. Mbappé dijo “no” a esa renovación y ha valorado muy positivamente la actitud del Real Madrid, respaldando su posición de fuerza de tantos meses con esa sucesión de ofertas que la entidad blanca coronó con la de 200 millones a pocas horas del cierre del mercado. Todo, por un jugador al que le quedan cuatro meses de contrato. Era el gesto que quería el jugador y del que había dado cuenta AS.
Pero tratándose del PSG el optimismo debe ser moderado. La entidad propiedad de un fondo de inversión del estado de Qatar va a utilizar todas las armas a su alcance para renovar a su estrella y mantener el tridente que forma Mbappé con Neymar y Messi, el mejor que nunca haya pisado un terreno de juego. Lo hará con argumentos deportivos y económicos. La Ligue 1 ya ha hecho la vista gorda esta campaña con el Fair Play Financiero que debía haber aplicado al PSG, que tenía que haber vendido por valor de 180 millones de euros para cuadrar cuentas y lo ha hecho sólo por valor de 10. De la UEFA tampoco se puede esperar mucho… tiene en suspenso el FFP por la crisis de la pandemia.
Aunque el dinero no es un problema, el mayor argumento con el que puede convencer el PSG a Mbappé es el deportivo. Su gran tridente está justo arrancando ahora. Si se entiende y comienza a llegar el buen fútbol y los resultados, la entidad qatarí tiene más posibilidades de convencer a su estrella. Pero no tiene mucho tiempo para hacerlo. Sólo cuatro meses, pues el 1 de enero Mbappé será libre no sólo para negociar con cualquier club, sino también para firmar, aunque aún no ha trascendido si la intención del jugador es mover ficha a mitad de temporada o esperar a que llegue el verano. En ese caso, si esperar, correría un doble riesgo a sufrir una desafortunada lesión de gravedad que le dejara sin su próximo gran contrato (los cuatro meses que van de aquí al 1 de enero y los cinco siguientes hasta que termine la temporada en mayo).