ATLÉTICO 0 - ATHLETIC 0 / Más defensa que imaginación
Tercer empate consecutivo en casa del conjunto de Simeone en un partido en el que faltó remate. João Félix fue expulsado. El Athletic sigue sin perder.
Había comenzado el Atlético la tarde con la posibilidad de dormir líder y la terminó con otro empate, el tercero seguido. Y eso que los del Cholo amanecieron en el partido como quien enciende la luz en una habitación a oscuras. No había llegado el reloj al minuto y Llorente le rompía la espalda al lateral para ganar la línea de fondo, alzar la cabeza y buscar a Griezmann con el pie. El punterazo del francés se fue fuera pero ya arrancó aplausos. Lo necesita más que el gol. Sigue gris, en tono Barça. En la jugada siguiente Correa se enredaría en regates y hasta aquí llegó el peligro real. Era éste uno de esos duelos tan difíciles, sin Koke, lesionado ante el Oporto, como Lemar. Simeone daba descanso a Suárez y Carrasco para llenar su centro del campo de músculo, periscopio y velocidad. Kondogbia, De Paul y Llorente. Pero tampoco.
Las defensas taponaban la imaginación. Los delanteros no sabían cómo estallar las pizarras, el tablero de ajedrez. A medida que fueron pasando los minutos se fue fundiendo el Atleti, sin líneas por dentro. A Lodi le aterraba subir demasiado y dejar desnuda su espalda. Griezmann seguía lejos de todos, sin sonrisa ni físico. A Correa le seguía sobrando siempre un regate. Por mucho que De Paul tratara de ponerle confetti a cada apertura, lo más interesante era ese partido dentro del partido: la guerra Savic-Raúl García.
El show del árbitro
Cuando la segunda parte llegó, Kondogbia ya cojeaba. A pesar de ello, el Atleti volvió a lanzarse sobre Unai Simón con ganas de apretar el interruptor. Lo intentó Correa, esta vez de cabeza. Respondió Williams, con una contra. Corrió como si costara 200 millones, definió como si no valiera ninguno, horrible. Justo después se daba la vuelta el Cholo, buscando a tres hombres en chándal capaces de cambiar el partido. Suárez, Carrasco y Herrera (por Kondogbia, Griezmann y Lodi). Enseguida se sumaría otro: João.
Marcelino replicaría quitando a Raúl García (despedido por un Metropolitano en pie) y dando entrada al pequeño de los Williams. El Athletic dio un paso atrás. El Atleti tres adelante, con ímpetu. Ese que aún le falta a Suárez. Una contra lo evidenció: cuando se quedaba mano a mano frente a Unai Simón prefirió buscar a Carrasco que correr otro metro. La ocasión se emborronó. Botas de plomo, falta de oxígeno, 34 años pesando en las piernas. Entonces llegó el barro.
Si Trippier se iba, cojo, enseguida Simeone perdería a João. El dejà vú. El árbitro vio su mano atrás pero no la falta anterior, clara, que le hizo Vencedor. También lo siguiente: la respuesta, tan pueril como inconsciente, João, el gesto del loco. Amarilla, roja. El Atleti con diez. Y pudo ganar el partido al final, con un topetazo de Llorente que Unai Simón desvió al palo. Tanto como perderlo: Villalibre, a las nubes en otra clara ocasión. Simeone se iría mascando el empate, tercero seguido. Del unocerismo al cerocerismo, con la mejor delantera posible. Mientras, el tiempo cumplido y Gil Manzano a su show: mano al bolsillo y amarilla. Giménez, última víctima. Sin aclararse el barro, los decibelios.