Manita de bienvenida para Odegaard
El Arsenal se vio superado de principio a fin y es la primera vez desde 1954 que los 'gunners' arrancan una Premier con tres derrotas consecutivas.
No se sabe muy bien qué pretendía Arteta plantándose en el Etihad con un centro del campo compuesto por Odegaard, Smith-Rowe, Saka y Xhaka. Los citizens jugaron a placer de principio a fin, sobre todo cuando a la media hora el suizo se autoexpulsó con una entrada durísima con los tacos por delante sobre Cancelo que pudo hacer muchísimo daño.
Antes, y para entender la frustración que llevó a ese momento, los de Guardiola ya habían marcado dos tantos aprovechándose de una defensa que es una pesadilla y que echa mucho de menos a Gabriel y a Ben White. Ni acumulando cinco atrás pasaron desapercibidas sus carencias. Desde Chambers, que se dejó ganar un salto con Gündogan para el primero, hasta Holding, al que se le vieron las costuras en el segundo de Ferran, pasando por supuesto por Tierney, al que ya se le queda corta la definición de defensa blando o 'tierneycito'.
Con la expulsión de Xhaka, no solo fueron algunos aficionados gunner los que abandonaron el estadio, sino que dio la sensación de que se borró el equipo entero. Y ahí, el City se lanzó a la yugular. Antes de la hora de juego, Gabriel Jesús y Rodri, que marcó un golazo al más puro estilo Kroos, ya habían ahondado en la herida, y Ferran, de nuevo, redondeó el marcador casi sobre la bocina. Tres jornadas, cero puntos, cero goles a favor y nueve en contra para un Arsenal que se hunde en lo más bajo de la tabla de la Premier League.