Lo que se vio del nuevo Boca de Sebastián Battaglia: el juego de las diferencias con el equipo de Miguel Russo
En la victoria sobre Patronato hubo retoques en el estilo del equipo a cargo del nuevo entrenador
“Soñé con esto desde que arranqué. Con este momento. Se lo hice a Patronato donde me crie de chico, por eso no lo grité. Contento por volver a la victoria, por lo que hizo el equipo. Día soñado”, dijo Vázquez tras el partido. Y agregó con respecto a la fórmula del gol, por el centro que le tiró Exequiel Zeballos: “Con el Changuito nos conocemos, sabe que me gusta medio pinchadita. Fue pase de él y contento. Tuvimos muchos partidos juntos (con Molinas y Zeballos), se vio en cancha y por suerte salió bien”.
Es que su principal pretensión, dicha cuatro días antes del debut, acaso el tiempo que tuvo para trabajar con su nuevo plantel, es un equipo protagonista. Un Boca que hiciera valer su pesado nombre. No era fácil: tenía que cambiarle rápida y rotundamente el chip a jugadores que arrastraban la mochila del flojísimo rendimiento individual que derivó en el segundo peor arranque de la historia del club en el ámbito local.
Para ser el comienzo, vale resaltar que aquella intención se plasmó en los primeros minutos del primer tiempo y durante toda la segunda mitad: salió desde los primeros segundos dispuesto a jugar en campo rival e intentar ser vertical, algo que fortaleció en el complemento. También es cierto que le faltó claridad y repitió una tónica, quizás la que más le duele: en los primeros 45 minutos no remató al arco de Ibáñez.
Battaglia decidió mantener nueve de los once que venían jugando, pero esos dos cambios pretenden decir algo puntual de su estilo: la reaparición de Cristian Medina como titular en la zona interna del medio campo marca el volumen de juego que quiere sellar para su formación; la decisión de poseer un N°9 con el joven Luis Vázquez hace notar su desacuerdo con la visión de Miguel de creer que podía arreglárselas con un dúo ofensivo en el que no había referencia de área.
Porque el volante, en primer lugar, no estuvo cerca de la posición de Esteban Rolón como sí se ubicó Diego “Pulpo” González en los anteriores partidos, en los que se situaba en la misma línea del ‘5’, más dispuesto para marcar que para jugar y distribuir. Medina, sin tanto brillo pero cumplidor, se posicionó a la altura de Juan Ramírez. El chico evidenció esa diferencia y fue, al menos en la zona media del equipo, el que más lucidez tuvo para limpiar la pelota y generar juego ofensivo, más allá de que fuera la primera modificación en la segunda etapa.
Se insiste: a Boca le faltó profundidad en ataque. Entonces, la presencia de Vázquez, durante gran parte del trámite, no había cambiado la ecuación. No obstante, los flashes y confianza estaban depositados en su figura. Y no defraudó: en el único buen abastecimiento que recibió, recién cuando restaban seis minutos para el final del partido, saltó y cabeceó a la red. Para darle la derecha a Battaglia, que lo trabajó en la Reserva, y darle a su equipo el primer triunfo del semestre. Otra a favor del DT: decidió el ingreso de Exequiel Zeballos (juvenil que no solía ser demasiado considerado), que fue atrevido con gambetas y lanzó el centro de la agónica victoria. Un éxito con la fórmula de la reserva que él mismo dirigía hace poco...
Deberá corregir varias cosas Battaglia. Además de seguir trabajando sobre el déficit en ataque, también tendrá que hacerlo sobre lo defensivo. Patronato nunca tuvo en sus manos las riendas del encuentro, pero sí encontró muchas facilidades para sacar contragolpes peligrosos. Principalmente, por errores de Frank Fabra en la primera etapa: dos intentos de gambetear cerca del área ajena y el traslado del balón sobre su cabeza por varios segundos fueron las pérdidas evitables (y que suele protagonizar) con las que sufrió el xeneize.
Dentro del concepto del equipo protagonista, se notó la renovada impronta del nuevo DT para pedir que ambos laterales pasen constantemente la mitad del campo: con o sin pelota, incluso, llegaban a meterse en el área para acumular gente en la zona más peligrosa. También, como suele reclamarse para una institución semejante, la valentía para que sus centrales (Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo) jueguen mano a mano con la ayuda del ‘5’ tapón, en este caso Rolón, para hacer los relevos correspondientes.
Y es que, evidentemente, querrá jugar ante equipos similares al entrerriano: rivales que se disponen a esperar en su campo y, tal como pretendieron los dirigidos por Iván Delfino, aprovechar los espacios para hacer daño. Ojo: también hay que remarcar que el visitante no gritó un gol en la primera parte porque el juez Trucco cobró infracción (inexistente) sobre Agustín Rossi y anuló el tanto de Marín.
Ya se ven aspectos que quiere Sebastián Battaglia y que, por ahora, se ven pequeños. Lo más importante: confió en el joven Vázquez y éste fue el gran responsable de que su ciclo comience con el pie derecho.
“Todos son importantes”
El mensaje de Battaglia tras el partido fue claro: “Todos son importantes. Acá tienen que estar todos preparados cuando los necesitemos y cuando toque, poder rendir. Tuvimos la posibilidad que Zeballos entre, asista en el gol y ayuda para su confianza. Todos son importantes y deben estar preparados”.
Y sobre el entendimiento que pueden tener los chicos de las inferiores, agregó: “Molinas y Zeballos los conocemos de Reserva, sabemos lo que pueden dar cada uno. Molinas tiene manejo de pelota, da opciones de pase y Zeballos es habilidoso, se conoce con Vázquez por jugar en Reserva y tuvimos conexión de chicos que tuvimos en Reserva”.