Juegos de Tokio: Simone Biles regresa con una medalla de bronce en la viga de equilibrio

Biles, indiscutida estrella de la gimnasia artística de Estados Unidos, se había retirado de las anteriores competencias por un bloqueo mental, pero regresó con una rutina en la viga de equilibrio que le mereció una medalla de bronce.

BBC Mundo 

La estadounidense Simone Biles, una de las más grandes gimnastas de todos los tiempos, logró una medalla de bronce en la viga de equilibrio en los Juegos de Tokio.


Biles, que fue estrella en los Juegos de Río 2016, se había retirado de las anteriores competencias individuales y por equipos debido a un bloqueo mental conocido como los twisties, una condición que desubica a los gimnastas cuando están en el aire dando volteretas.

La gimnasta de 24 años no había competido desde la semana pasada en la final general por equipos, en la que realizó un salto de caballete, antes de retirarse diciendo que tenía que prestarle atención a su salud mental.

Con una rutina llena de confianza en el aparato, Biles obtuvo un puntaje de 14,000.

Al final dejó escapar una sonrisa, en contraste con la difícil semana que ha tenido.

La medalla de oro fue para la china Chenchen Guan, con 14,633 puntos, y la plata fue para su compatriota Xijing Tang, con 14,233 puntos.

Tang compartió un caluroso abrazo con Biles, cuyo nombre fue aclamado cuando se la anunció como medallista de bronce.

Biles suma siete preseas olímpicas, un récord que comparte con Shannon Miller como la más condecorada gimnasta de EE.UU. en Juegos Olímpicos.

Con esa medalla suma siete preseas olímpicas, lo que la iguala a Shannon Miller como la más condecorada gimnasta de EE.UU. en los Juegos Olímpicos.

Su logro también es una repetición del bronce que obtuvo en Río hace cinco años.

Una vuelta de oro con medalla de bronce

Si estos Juegos Olímpicos están siendo complicados por las restricciones por covid-19 y otras medidas de control, la vuelta de Simone Biles era un evento casi imposible.

La expectación era máxima y ya desde la calle que daba al recinto era evidente, con seguridad reforzada y un escrupuloso proceso de verificación de las credenciales de cada visitante; pocos para un evento de tal magnitud.

El público sin duda estaba esperando a Biles y solo a ella: se alzó a su entrada a la pista, vitoreó cuando se acercó a la barra y aplaudió sin descanso cuando terminó su ejercicio, habiendo aguantado la respiración en cada salto.

Ella entró aparentemente calmada, con una sonrisa y constantemente arropada por su equipo, que no dejaba de abrazarla.

Su rostro cambió a la espera de la puntuación y ahí, viéndose primero segunda y luego tercera en el podio, frunció el cejo e inmediatamente felicitó a las jóvenes chinas, Chenchen Guan y Xinjing Tang, que le pasaron por delante.

Guan y Tang, con tan solo 16 y 18 años, se quedaron con los primeros puestos del podio, pero Biles era Biles… y para el público en el centro de gimnasia tokiota -y los que la animaban desde casa alrededor del mundo- su vuelta fue de oro.


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