Joe Biden alertó que es muy probable que ISIS-K vuelva a atentar contra el aeropuerto de Kabul en las próximas 24 o 36 horas

El presidente de los EEUU adelantó que la situación sigue siendo muy peligrosa tras el ataque del jueves pasado, en el que murieron más de 100 personas, incluidos 13 soldados estadounidenses

Según confirmó el Pentágono, los restos de 13 soldados estadounidenses muertos en un atentado suicida perpetrado el jueves pasado por la filial afgana del grupo Estado Islámico, conocida como ISIS-K, ya están en vuelo a Estados Unidos. Su viaje marca un momento doloroso en una guerra estadounidense de casi 20 años que costó más de 2.400 vidas de militares estadounidenses y que está terminando con el regreso al poder de un movimiento talibán que fue derrocado cuando las fuerzas estadounidenses invadieron en octubre de 2001.

El mandatario hizo esas declaraciones después de reunirse con su equipo de seguridad nacional, compuesto por generales y miembros de su Gobierno. Explicó que ha pedido a los altos cargos militares en Afganistán que tomen “todas las medidas necesarias” para proteger a los soldados mientras continúan su misión para evacuar a ciudadanos estadounidenses y colaboradores afganos antes de la retirada definitiva, fijada para el 31 de agosto. Al respecto, prometió que EE.UU. continuará con su misión de evacuación pese a la “traicionera” situación en Afganistán.

“Los 13 miembros del servicio que perdimos fueron héroes que hicieron el máximo sacrificio al servicio de nuestros más altos ideales estadounidenses y mientras salvaban las vidas de otros. Su valentía y abnegación han permitido que más de 117.000 personas en peligro estén a salvo hasta ahora. Que Dios proteja a nuestras tropas y a todos los que hacen guardia en estos días peligrosos”, afirmó en el comunicado el mandatario norteamericano.

Este sábado, además, el Pentágono dio a conocer los nombres de los 13 muertos: 11 marines, un marinero de la Marina y un soldado del Ejército. Doce de ellos tenían 20 años; algunos habían nacido en 2001, el año en que comenzó la guerra más larga de Estados Unidos. El mayor tenía 31 años. Las 13 víctimas son los primeros miembros del servicio estadounidense muertos en Afganistán desde febrero de 2020, el mes en que la administración Trump llegó a un acuerdo con los talibanes en el que el grupo militante detuvo los ataques contra los estadounidenses a cambio de un acuerdo de Estados Unidos para retirar todas las tropas y contratistas para mayo de 2021.

Un marine estadounidense asiste en un punto de control de evacuación (ECC) durante una evacuación en el aeropuerto internacional Hamid Karzai, Kabul, Afganistán, 26 de agosto de 2021 (Reuters)
Un marine estadounidense asiste en un punto de control de evacuación (ECC) durante una evacuación en el aeropuerto internacional Hamid Karzai, Kabul, Afganistán, 26 de agosto de 2021 (Reuters)

Según la información disponible hasta el momento, un terrorista suicida de ISIS-K detonó los explosivos en la puerta del aeropuerto de Kabul, donde las tropas estadounidenses estaban registrando a los evacuados que se apresuraban a salir del país. Al menos otros 18 soldados resultaron heridos en el atentado en el que murieron al menos 170 personas y los 13 miembros del servicio estadounidense. El ataque fue el más mortífero contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán desde agosto de 2011, cuando los militantes derribaron un helicóptero Chinook, matando a 30 soldados estadounidenses a bordo.

Como represalia, anoche Estados Unidos realizó un ataque drones en Afganistán en el que abatió a dos militantes de “alto perfil” del Estado Islámico. El general de división Hank Taylor, un alto cargo militar estadounidense, describió a las personas abatidas como “facilitadores” y “planificadores”, pero se negó a decir si estaban involucrados en el ataque.

EL jueves pasado, justo después del atentado, Biden había prometió venganza contra sus autores, a quienes aseguró que los perseguiría y haría pagar por los atentados. Hoy, el mandatario dijo que había cumplido su promesa y adelantó que el reciente ataque contra objetivos de ISIS-K “no será el último”.

“Continuaremos persiguiendo a cualquier persona involucrada en ese atroz ataque y se lo haremos pagar. Responderemos siempre que alguien trate de dañar a EE.UU. o de atacar a nuestras tropas. Eso es algo que nunca debe estar en duda”, afirmó.

La filial del Estado Islámico que se hizo responsable del ataque terrorista del jueves es conocida como Estado Islámico de Khorasán (como los yihadistas se refieren a Afganistán). Fue creada en 2015 y es enemiga acérrima tanto de EEUU como de los talibanes.

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