Isco empieza con mal pie

Pese a que Ancelotti le dio mucha bola durante la pretemporada, en Vitoria prefirió a Modric y Valverde, pese a su menor preparación. Sigue con el cartel de transferible.

Manu de Juan
As
Crecen las buenas noticias en el Real Madrid tras el esperanzador inicio de temporada liguera, con triunfo contundente sobre el Alavés en Mendizorroza (1-4): Benzema sigue siendo el faro que guía a los blancos, Hazard y Bale ofrecen brotes verdes, Modric mejora con los años, Alaba encaja de primeras en el Madrid... Pero toda historia tiene dos caras y una, por contraposición, ha de ser amarga ante todo el dulzor que emite estos días el equipo blanco. En ese lado oscuro del triunfo en Vitoria se coloca Isco, que tenía esperanzas puestas en este inicio de Liga y que ha visto pasar de largo ese tren, apenas subiéndose al final de forma testimonial y sin significado.

Las expectativas de Isco no estaban basadas en ilusiones sin más; tenía motivos el malagueño para pensar en una buena oportunidad en casa del Alavés, a la vista del proceder de la pretemporada. Isco fue titular en los dos amistosos, ante Rangers y Milan, jugando los 90 minutos en el primer caso y 84 en el segundo; ningún jugador de campo disputó más minutos que él. Su rendimiento fue irregular, pero ascendente, y ante el Milan ofreció detalles interesantes.

Además, la polémica en torno al futuro de Odegaard le beneficiaba, claramente: Ancelotti dejó al noruego sin inscribir para el primer partido y le trasladó que la competencia en la medular era muy alta. Odegaard desea salir para ser titular indiscutible sí o sí desde el inicio; confía en poder hacerlo en el Arsenal y el Madrid, que siempre apostó por quedárselo pasase lo que pasase, ya ve con buenos ojos una venta ante la falta de ambición del nórdico. De toda esa batalla se beneficiaba un Isco con un rol muy similar al de Odegaard. Pero en el momento de la verdad, Ancelotti tomó otro camino.

En Vitoria fueron titulares Modric, Valverde y Casemiro, los tres jugadores que disputaron torneos internacionales este verano (en el caso del brasileño, llegando hasta el final de la Copa América) y con una preparación menor que Isco, que se incorporó a la pretemporada desde el primer día y que, además contaba con el beneplácito de Ancelotti tras haber sido importante en su primera etapa en el Madrid, entre 2013 y 2015. Pese a estar menos rodados que el andaluz, Ancelotti les eligió por delante de él.

Isco es transferible

Y el partido, para colmo, no le deparó nada a Isco, pese a que el Madrid se llegó a poner 0-3, un resultado cómodo para repartir minutos y distribuir descansos. Isco salió en el 88 en lugar de Valverde, apenas tuvo dos minutos y la prolongación, un tiempo en el que no dio tiempo a que se le viese: dio tres pases (todos buenos) y recuperó un balón. Ancelotti prefirió el despliegue de Valverde, su capacidad para cubrir más campo y para equilibrar al equipo sin balón. Está por ver si Isco sigue sin entrar en los planes en la siguiente jornada, el domingo ante el Levante, pero lo que ha podido ver hasta el momento indica que lo tendrá al menos tan difícil como en los cursos pasados, a las órdenes de Zidane.

Esa falta de protagonismo a las órdenes de Zizou ya le llevó a pedir ser traspasado o cedido el pasado mes de enero; entonces, el Madrid ya había autorizado la salida de Odegaard al Arsenal y no quiso repetir con el andaluz, pero este verano la cuestión era bien diferente. Isco sabía que tiene el cartel de transferible y que el club de buen grado restaría los 14 millones brutos que le cuesta al año el malagueño; él también quiere salir, pero no han llegado ofertas al Madrid por él y el agente y padre del jugador tampoco ha llevado nada a las oficinas blancas. La cercanía del final de su contrato (en 2022) invita a esperar un año y llevárselo gratis entonces. Quedan días hasta el cierre del mercado y si llega una oferta el club la estudiará; por lo pronto, Isco ya sabe que parte desde el banquillo para Ancelotti.

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