Independiente no tuvo puntería y empató sin goles con Defensa y Justicia, en un duelo atractivo por el Torneo 2021

El conjunto de Avellaneda desperdició una oportunidad de oro para escaparse: tuvo cuatro situaciones claras de riesgo, pero no supo imponer su superioridad ante el Halcón

Ariel Ruya

LA NACION

Independiente empató este viernes sin goles frente a Defensa y Justicia, en el estadio Estadio Libertadores de América, en un partido de la fecha 7 del Torneo 2021. El conjunto de Avellaneda se mantiene como líder del certamen, pero desperdició una oportunidad de oro para relanzarse, escaparse de los eventuales perseguidores.

Velasco, pura gambeta, en cada avance de IndependienteLA NACION/Mauro Alfieri

Dispuso de las mejores ocasiones, al menos, cuatro claras. Y se salvó en el final: Sosa salvó el arco, cuando la derrota era una posibilidad. En el cierre, además, sufrió la expulsión de Domingo Blanco, un volante imprescindible, que marca y que ataca.

El resumen del partido

El espectáculo fue atractivo desde el primer tramo. Porque Independiente, el líder, tomó una postura más audaz en los últimos encuentros, que desmienten, en parte, la trayectoria de Julio Falcioni. Con Silvio Romero como factor exclusivo del último pase y apoyado en un trío de audaces (Palacios, Velasco y Roa), el equipo de Avellaneda avanzó con ganas, atacó con actitud. Defensa y Justicia, conducido por el atrevido Sebastián Beccacece, respondió en la misma sintonía. Resultó una interesante noche de fútbol en el Libertadores de América. Cada uno con su estilo, al ataque.

Francisco Pizzini jugó un partido especial contra IndependienteLA NACION/Mauro Alfieri

Independiente, con mayor pausa, con el pensamiento como base de todo. Defensa, con el vértigo que lo caracteriza. Era un enfrentamiento especial para el joven entrenador, que no solo tuvo un deslucido paso por el Rojo, sino que luego pasó a Racing.

Convencido está Independiente de que debe dar un golpe sobre la mesa, que el tiempo de conseguir un campeonato es hoy, es ahora. Lamentablemente para sus aspiraciones, todos los clubes tienen el mismo desafío: consagrarse en el ámbito local. Sobre todo, luego del doble fracaso en el campo internacional: ya no quedan clubes argentinos en la Copa Libertadores, ni siquiera en la Sudamericana.

Buen juego y pierna fuerte, en el encuentro entre Independiente y DefensaLA NACION/Mauro Alfieri

Un disparo de Silva, que pasó a centímetros de la línea de gol, casi descubre la apertura del marcador. Fue un impacto en el desierto: las buenas intenciones no tenían una relación directa con el peligro, con el área adversaria. Eran dos conjuntos que se inclinaban por el ataque, pero en los metros finales bajaban la guardia.

Por eso no hubo goles durante el primer capítulo: se desvanecían en la otra frontera, unos y otros. Entre las intenciones y las resoluciones, surgió otra vez Sergio Barreto, el defensor de 22 años, uno de los principales acierto del ciclo Falcioni. Personalidad, liderazgo y solvencia, sostenido en la experiencia de Insaurralde (36): conforman una digna pareja central, imprescindible si se aspira a lo máximo.

No siempre se entienden Velasco, Roa y Palacios, confusos, imprecisos en buena parte del desarrollo. Su calidad no está puesta en discusión, pero son discontinuos, erráticos. Todo lo bueno (y todo lo malo) depende de ellos. Deben mostrar el camino ofensivo: es su responsabilidad.

Con mayor potencia ofensiva tomó Independiente el tramo final, a tal punto que dispuso de la mejor ocasión, que Unsain le contuvo a Roa. Palacios se disfrazó de wing derecho, Roa se adelantó varios metros desde la izquierda y Velasco, metros atrás, como una suerte de enganche: así creyó el Rojo en la ambición del triunfo. Romero era un faro iluminado en el área, subía y retrocedía, según la conveniencia. Se perdió una oportunidad de oro, al cabecear de pique al césped, pero el balón pasó rozando el palo.

Soñora marcó los tiempos del mediocampo de Independiente, en un tiempo en el que Defensa era débil en esa misma zona, no tenía fortaleza ni capacidad de reacción. El gigante de Avellaneda insistía, buscaba, aunque no tenía claridad en los metros finales. No capitalizaba ni el laboratorio, siempre una señal de alerta para los equipos que dirige Falcioni.

Pudo ganar Independiente. Dispuso de las mejores situaciones, pero le faltó justeza, puntería. Y el empate resultó un castigo: sabe que todos los que se animen, se pueden aproximar...