Hazard, donde todo empezó

El belga regresa al Ciutat de Valencia, estadio de donde salió en febrero de 2020 directo al quirófano. Vuelve con las buenas sensaciones que dejó en Vitoria.

Manu de Juan
As
Eden Hazard no guardará buenos recuerdos de su visita al Levante el 22 de febrero de 2020: el Madrid cayó (1-0) y él se tuvo que retirar en el 67’ con evidentes gestos de dolor en su tobillo derecho, provocados por un taconazo mal dado que le llevó de cabeza al quirófano y que profundizó en la herida que su paso por el club blanco está suponiendo tanto a la entidad como a él mismo. Este domingo, el belga regresa al escenario del crimen con la esperanza de un futuro mejor, regada por las buenas sensaciones que dejó en el debut liguero en Mendizorroza ante el Alavés, con triunfo contundente (1-4) y asistencia del belga a Benzema. De tacón, para más señas.

Lo del Ciutat de Valencia no fue el primer palo que se llevó Hazard en ese curso 2019-20, el primero en que vestía de blanco tras desembolsar el Madrid 100 millones para sacarle del Chelsea. Pero sin duda fue el más doloroso, por inesperado y por cruel. Meses antes, el 26 de noviembre de 2019, su compatriota Meunier golpeó con fuerza durante un Madrid-PSG de Champions su tobillo derecho, que ya había pasado por una operación durante su etapa en el Chelsea y donde portaba una placa de titanio.

Un calvario de lesiones para Hazard

El encontronazo provocó una fisura en el peroné que ya pudo requerir de cirugía, pero el Madrid optó por un tratamiento conservador. Dos meses y medio después, Hazard reaparecía en Liga ante el Celta en casa, en un sorprendente buen tono. Y a la jornada siguiente, en casa del Levante, el peroné volvió a decir basta. El Madrid aceptó esta vez que se operase, presionado por la Federación Belga, que le quería listo para la Eurocopa.

Su baja coincidió con el confinamiento y volvió a jugar casi cuatro meses después. Pero las secuelas han sido evidentes: desde la operación, se ha perdido partidos por 13 motivos diferentes. El domingo, 547 días después de aquel taconazo envenenado, Hazard vuelve al Ciutat de Valencia con las buenas sensaciones que da eso de volver a sentirse uno mismo. Él también lo ve así: “El tobillo está fuera de mi cabeza. Vamos a darlo todo”.

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