El régimen de Irán advirtió que pueden pasar “dos o tres meses” hasta la reanudación de las negociaciones nucleares
El canciller Hossein Amirabdolahian aclaró que la nueva ronda de conversaciones de Viena “debe tener un resultado tangible”. La semana pasada Israel alertó que Teherán está a sólo 60 días de tener los materiales necesarios para un arma nuclear
El ministro de Exteriores iraní, Hossein Amirabdolahian, explicó que los resultados que surjan de la ronda de conversaciones de Viena “deben tener un resultado tangible”, por lo que la República Islámica no acepta un enfoque de las negociaciones que sea “una pérdida de tiempo”, ya que buscan “obtener los máximos resultados para el pueblo iraní”.
En una entrevista en la televisión estatal, Amirabdolahian defendió una “diplomacia equilibrada”, en respuesta a una conversación telefónica que mantuvo el pasado viernes con el Alto Representante para la Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea (UE), Josep Borrell.
Las rondas de conversaciones que se han venido desarrollando se frenaron desde la formación del nuevo Ejecutivo de Ebrahim Raisi, con el temor que esto ha suscitado en la Casa Blanca ante un posible estancamiento de los avances logrados hasta el momento.
Raisi puso al frente de la cartera de Exteriores a Amirabdolahian, que fue el responsable de las negociaciones sobre el acuerdo nuclear de 2015 y es considerado cercano a los círculos más conservadores y cercano a la Guardia Revolucionaria persa, que mantiene suspicacias respecto al acuerdo nuclear.
Las autoridades iraníes mantuvieron en todo momento que las conversaciones nucleares en Viena serían retomadas una vez Raisi asumiera el cargo y nombrara al nuevo Gobierno.
El régimen de Irán anunció la retirada de sus compromisos sobre varios de los puntos del acuerdo después de que Estados Unidos se saliera del pacto de forma unilateral en 2018, si bien las autoridades persas defendieron que estos pasos pueden revertirse si Estados Unidos retira las sanciones y vuelve al acuerdo.
La semana pasada el gobierno de Israel advirtió que el régimen iraní está cada vez más cerca de tener un arma nuclear en sus manos, con el avance del programa atómico que ha violado sistemáticamente el acuerdo firmado con las potencias mundiales en 2015.
“Irán está a sólo dos meses de tener los materiales necesarios para un arma nuclear”, dijo Benny Gantz, ministro de Defensa, en una reunión de 60 embajadores en Tel Aviv.
El ministro, quien se pronunció un día antes de la reunión entre el premier israelí, Naftali Bennett, con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca, donde el mandatario israelí le presentó un plan frente a la amenaza iraní.
Según aseguró, la opción preferida es la diplomática, porque el objetivo es un acuerdo sólido a largo plazo que también impida una carrera armamentística, pero advirtió que está sobre la mesa una acción militar.
“El Estado de Israel tiene los medios para actuar y no dudará en hacerlo; no descarto la posibilidad de que Israel tenga que actuar en el futuro para evitar un Irán nuclear”, dijo Gantz.
También, detalló que actualmente la “amenaza iraní es terrestre”, con operaciones del régimen “a través de sus apoderados en Irak, Yemen, Siria, Líbano y Gaza”.
Teherán insiste en que su programa es pacífico, pero ha incumplido paulatinamente sus compromisos clave, inclusive sobre el enriquecimiento de uranio, en respuesta a la salida de Estados Unidos del acuerdo en 2018 y la reimposición de sanciones por Trump.
En su primera visita de Estado desde su llegada al poder en junio, Bennett intentó en Washington enmendar los vínculos con el líder demócrata, que fueron tensos con el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, señalado por favorecer al Partido Republicano.
Netanyahu enfadó a los demócratas con sus feroces críticas al acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las potencias mundiales, negociado por el gobierno de Obama cuando Biden era vicepresidente. El acercamiento de Netanyahu al sucesor de Obama, Donald Trump, irritó aún más al partido del actual mandatario.
Aunque Bennett busque calmar las aguas diplomáticas, sigue firmemente opuesto al acuerdo con Irán, que permitió levantar las sanciones contra el régimen de Teherán a cambio de un freno a su programa nuclear.