El primer ministro israelí recibe una tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19
"Al hacerse vacunar con una tercera dosis, podremos evitar un cuarto confinamiento. Vemos la gran efectividad de las vacunas, sin duda, y esta es la forma de acabar con el virus", dijo Bennett antes de ser vacunado en un hospital público en Kfar Saba (centro).
"Ahora estamos en el punto álgido de la batalla, podemos ganarla juntos. Está a nuestro alcance, pero aún no estamos ahí", agregó. El país registró en estos últimos días unos 8.000 nuevos casos diarios de contagios, un récord, desde enero.
Para luchar contra la propagación del virus, el Ministerio de Salud decidió bajar la edad mínima a los 40 años para recibir una tercera dosis de vacuna, principalmente del gigante farmacéutico Pfizer/BioNTech.
El 13 de agosto, Israel había bajado la edad a los 50 años, a pesar del llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a no aplicar aún estas terceras dosis de refuerzo, con el fin de dejar más vacunas disponibles para los países pobres, donde la tasa de vacunación sigue siendo baja.
Bennett respondió que la administración de estas dosis en Israel -de nueve millones de habitantes- no afectaría las reservas mundiales y permitiría probar la eficacia de una tercera dosis.
En total, se han registrado más de 970.000 contagiados en Israel, incluidas más de 6.700 muertes. Más de 5,4 millones de personas recibieron dos dosis de la vacuna, lo que corresponde al 58% de la población, y unos 1,2 millones una tercera.