Cristiano, una tarde para olvidar

La Juve arranca la Serie A empatando con el Udinese: al portugués, que empezó en el banquillo, le anularon un golazo en el último segundo por fuera de juego.

Mirko Calemme
As
La Juventus arranca su campeonato con un sufrido empate ante el Udinese tras 90 minutos repletos de emociones, con un Cristiano siempre protagonista: en el campo, y fuera. El partido comenzó con una enorme sorpresa: el exmadridista estaba en el banquillo. Era desde 2005 que el portugués no iniciaba una liga como suplente a pesar de no tener problemas físicos. ‘Sky’ asegura que fue una petición del jugador y eso, obviamente, aumentó los rumores sobre su posible adiós, algo que el jugador nunca descartó públicamente (aunque Nedved, una vez más, afirmó que el portugués no saldrá y que no hay ningún problema).

Allegri también renunció a Chiesa, saliendo de inicio con Morata y Dybala, y en el comienzo del choque pareció una decisión acertadísima. Después de apenas tres minutos, el argentino, que saltó al campo como capitán, abrió la lata con el exterior de su zurda, aprovechando un centro de Bentancur. Tras las lesiones del curso pasado, llega con muchas ganas y se notó enseguida. En el 23', además, el ex del Palermo encontró a Cuadrado con un perfecto pase largo en la mitad de campo rival: el colombiano llegó hasta el área, se deshizo de Nuytinck y batió a Silvestri.

El 0-2 en el marcador relajó a los bianconeri y los de Gotti recortaron distancias nada más volver al verde en la reanudación. Szczesny tumbó a Arslan en el área, el colegiado concedió penalti y, desde los once metros, Pereyra no falló. Hubo reacción juventina con Morata, que golpeó el poste con un testarazo, y con Bentancur, que también remató a la madera.

Allegri, en apuros, sacó del banquillo a Cristiano, Kulusevski y Chiellini, y el portugués, a pesar de los rumores, saltó al campo muy enchufado.

Los cambios, sin embargo, no sirvieron para evitar los arreones de los friulani, que acabaron poniendo las tablas en el 83'. El tanto llegó gracias a una cantada de Szczesny, que no controló un pase atrás de Bonucci y le entregó el esférico a Deulofeu, autor del empate.

Para la absurda tarde de los bianconeri aún quedaban emociones: en el 95', con un gran testarazo a pase de Chiesa, Cristiano volvió a adelantar a los suyos y lo celebró a lo grande, quitándose la camiseta. El árbitro, sin embargo, tras haberse consultado con el VAR, anuló su gol por fuera de juego. El partido se terminó con la imagen de una enorme decepción en su cara. A saber si será su última estampa bianconera o no: al culebrón aún le queda algún capítulo.

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