Chivo expiatorio en los Lakers después del mal año del equipo

Los Lakers han decidido no renovar a su preparadora física principal, Nina Hsieh, después de la plaga de bajas que han sufrido esta temporada.

Mike Maestre
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Los Lakers parecen haber encontrado un culpable de sus males durante la temporada 2020/21, en la que cayeron en la primera ronda de los playoffs frente a los Suns. El equipo californiano defendía la corona que, una década después del anterior título, había conseguido en la burbuja de Lake Buena Vista, en el entorno de la pandemia de coronavirus como eje, pero se vio imposibilitado para luchar con todas sus fuerzas debido a la larga lista de lesiones que soportó durante su reinado. Dave McMenamin, de ESPN, señala que la preparadora física encargada del mantenimiento de los jugadores es la persona señalada y su contrato no será renovado. 

Nina Hsieh era la jefa de esta parcela en los Lakers desde hacía sólo dos años y se ha llegado a la conclusión de que lo adecuado es poner a otra persona al mando. Llevaba una década en los Lakers, pero trabajando sobre todo en el equipo de la liga de desarrollo hasta que fue ascendida en 2019. Esto no tendría mayor relevancia si no hubiera pasado ya con el anterior inquilino del puesto, Marco Núñez, algo parecido: sólo estuvo tres años, desde 2016 hasta que le sustituyó Hsieh. Está convirtiéndose en tendencia el apuntar hacia esa posición. El que trabajó como preparador antes que ellos, Gary Vitti, estuvo más de 30 años en el puesto

Nina Hsieh tiene el honor de haberse convertido en la primera mujer en ser jefa de los servicios de recuperación física de un equipo campeón de una de las cuatro ligar principales de Estados Unidos. Lo consiguió en la burbuja de 2020 y después de haberse enfrentado al complicado reto de poner a punto a los jugadores tras el parón al que obligó la pandemia mundial entre marzo y julio y por el que el calendario tuvo que apretarse el año pasado e incluso acortarse en éste

Los Lakers se metieron en la temporada como campeón y con las dos grandes estrellas, LeBron James y Anthony Davis, recién renovadas. Han sido ellos dos los damnificados principales. El equipo se vio muy lejos de los puestos cabeceros de la Conferencia Oeste y tuvo que pasar por la tortura del play-in, herramienta de nueva creación para hacer más atractivo el final de la fase regular, al ser el séptimo clasificado. Y no fue una casualidad.

El coronavirus de Schröder y Gasol también lastró parte de las opciones de progresar, sobre todo en la segunda franja de la campaña, pero las lesiones propiamente dichas por cansancio, mala recuperación o los golpes originados en los partidos fueron demasiado. LeBron James ha sufrido la peor baja en lo que lleva en la NBA, un esguince de tobillo que le ha penalizado hasta el final; Anthony Davis, tocado de la rodilla y, sobre todo, de la ingle en la serie contra los Suns. A la fase decisiva del año llegaron con otros dos jugadores que fueron importantes para ganar la NBA unos meses antes, Kentavious Caldwell-Pope y Alex Caruso, entre algodones.

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