Boca y Argentinos no pasan del empate en la Bombonera

El Bicho lo ganaba con gol de Romero, pero el Xeneize lo igualó gracias a Cardona. Poco juego, mucha fricción producto de la intensa lluvia en Capital Federal.

Juampi Reynoso
As
La intensa lluvia que azotó a la Capital Federal impidió ver un buen juego en la Ribera. El césped de la Bombonera contó con varios charcos de agua, pese a que el drenaje funcionó mejor de lo esperado, por eso Boca y Argentinos apostaron más por la pelota segura que por las combinaciones por abajo.

El Bicho pegó de entrada y a los 18 minutos abrió el marcador: Matías Romero aprovechó un rebote dentro del área, luego de un tiro libre que dio en el travesaño, durmió a Frank Fabra y cabeceó para enviar la pelota al fondo de la red. Desahogo total para los de la Paternal.

El Xeneize sintió el golpe, tardó demasiado en entender cómo debía jugarle al Bicho y desperdició demasiados ataques por no envíar balones directos. Recién a falta de 10 minutos para el cierre del primer acto, Edwin Cardona se ubicó como lanzador y generó cierto peligro con algunos centros al área rival. La más clara la tuvo Cristian Medina, pero Lucas Cháves desvió el balón y evitó el gol.

Boca salió con otra convicción al segundo tiempo, aprovechó el sector izquierdo de la cancha, junto a Cardona con Fabra e impuso condiciones. Miguel Russo movió el banco, mandó a Norberto Briasco y Juan Ramírez a la cancha, pero el equipo siguió sin concretar situaciones certeras de gol. Argentinos, vestido de celeste y blanco en homenaje a Diego Maradona, aguantó bien.

La pelota parada se convirtió en una salvación para el conjunto boquense, que a los 68' llegó al empate tras un certero disparo del colombiano Cardona que se desvío en la cabeza de Miguel Torrén. Un grito demasiado esperado que, además de igualar las cosas en la noche del domingo, cortó una sequía de 600 minutos sin anotar.

Siete minutos más tarde del 1-1 parcial, Edwin vio la segunda amarilla por una fuerte e innecesaria falta sobre el costado y se marchó hacia los vestuarios. La primera tarjeta había sido por una inentendible protesta al juez Nicolás Lamolina, en el primer acto. De héroe a villano en apenas poco tiempo. Tiempos difíciles para el ex Atlético Nacional.

Los minutos corrieron, pero Boca sufrió demasiado la falta de un hombre y debió preocuparse más por defender los ataques de Argentinos que por buscar el segundo gol. La eliminación a River, que generó un entendible festejo, no puede opacar lo mal que juega el conjunto más popular de la Argentina. Demasiado por mejorar de cara al futuro inmediato.

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