Boca no pudo quebrar el cero ante Talleres, en Córdoba: ganó apenas uno de sus últimos 13 partidos
Más allá de las dificultades que tuvo para jugar ante Banfield y San Lorenzo (encuentros que afrontó con juveniles), al equipo de Miguel Angel Russo le cuesta tener un juego fluido y regular
Con el debut de Juan Ramírez con la camiseta xeneize (estrenó la suplente, en homenaje a los campeones del mundo de 1978), la presencia del juvenil Aaron Molinas en el mediocampo y la ausencia de Sebastián Villa, debido a su decisión de presionar por su venta a Brujas, de Bélgica, Boca se presentó en Córdoba en busca de su primer triunfo de la mano del retorno de sus titulares, tras el aislamiento que obligó a la utilización del equipo juvenil de Sebastián Battaglia.
Boca no termina de despegar. Y le cuesta los arranques. Los primeros diez minutos fueron con sufrimiento y sin poder dominar la pelota. Antes de los cinco minutos tuvo el primer susto en los pies de Carlos Auzqui, que ingresó al área por el centro y remató, pero ahí apareció la estirada de Agustín Rossi para sostener el cero. Y enseguida, a los 7, el colombiano Diego Valoyes remató cruzado al segundo palo, pero desviado. Pareció que entró dormido el Xeneize.
Si bien encontró espacios ante la subida constante de Marcelo Weigandt, Talleres tuvo el plan de atacar al otro juvenil, Agustín Sández. Le hizo bien ancho el campo al visitante y éste lo sufrió constantemente en los primeros 20 minutos. Gracias a las buenas coberturas de Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo, en defensa, y los foules que consiguió Norberto Briasco, en ataque, el Xeneize fue encontrando algo de aire. Pero nunca estuvo cómodo en el partido.
El ex hombre de Huracán, además, aportó soluciones al pivotear o llevarse la pelota hasta la esquina izquierda, acaso el lugar que más cómodo le sienta. Eso le permitió a los volantes, especialmente a Ramírez y Molinas, manejar más y mejor la pelota. Por ejemplo, para habilitar a Cristian Pavón pasada la media hora: el wing recibió en velocidad y con espacios que lo tentaron a profundizar hasta dentro del área y rematar muy por encima del travesaño. Fue la primera chance de Boca.
Y aunque progresó en el juego, lo que más consiguió el visitante es adormecer a un rival que intentó salir a ganar en los primeros minutos. Algún chispazo de Valoyes volvió a meter a los cordobeses en la peligrosidad, pero el partido se amoldó en un aburrimiento que se potenció aún más con los intentos apurados y muy fallidos de Pavón desde media distancia. En esa dirección, entonces, se fueron hacia los vestuarios, en deuda total con lo que se esperaba.
El gol que se perdió Ramírez en su debut
En su presentación como nuevo jugador de Boca, Juan Ramírez comenzó posicionado como volante interno, a la izquierda del ‘5’ tapón Rolón en el 4-1-4-1 que ubicó Miguel Russo. Sus diferentes actuaciones durante su estadía en San Lorenzo, justamente, habían dejado claro que recostado sobre la banda no explotaba su nivel con respecto al que tenía cuando jugaba como dentro. Así, su zurda fue importante en los primeros 45 minutos en Córdoba para administrar el balón en la zona media de su equipo, asociarse con los movimientos de Briasco en ataque y abriendo el campo cuando había espacios para que por la derecha subiera Weigandt.
O, incluso, dejarle servida a Pavón la definición que desperdició a los 31 minutos. En defensa le costó retroceder en un campo con tantos metros de recorrido, pero en el segundo tiempo tuvo su gol gracias a su buena presión: a los 12 minutos: recuperó en tres cuartos y cuando tenía el gol mano a mano con Herrera, lo falló por generoso: esta vez le cedió el gol al extremo cuando tenía para definir él. Tras tres prácticas, su partido finalizó a los 36 minutos, cuando fue reemplazado por Agustín Obando.
La segunda etapa inició similar a la primera. Es que Valoyes escapó por el medio, trasladó unos cuantos metros aprovechando lo expuesto que quedaba Esteban Rolón en un campo amplio y remató de media distancia, aunque muy desviado. Y antes de los ocho minutos, otra importante: Enzo Díaz dijo presente en el partido, se animó a verticalizar, tirar una pared en la puerta del área y definir dentro con un puntazo, aunque volvió a retener Rossi con su estirada.
Russo notó esas falencias por el medio e intercedió rápido con un doble cambio: “Pulpo” González por Cristian Medina, de poca participación, y Alan Varela por Rolón. Aunque para tener la chance más clara no necesitó de ninguno de ellos. A los 12 minutos, la presión y la mala salida del arquero Guido Herrera, le dejó pelota y campo abierto a Ramírez, que se metió en el área del local con total libertad y la definición a su merced, pero decidió muy mal por su exceso de generosidad: le cedió el gol a Pavón, pero al atacante ya le habían ganado la posición.
Cinco minutos después le sonó la alarma al elenco de Alexander Medina. Un cabezazo de Valoyes que se fue cerca y un remate desviado de Ángelo Martino. El partido empezó en esos momentos a ser más dinámico, pero el tanteador no se lograba romper. Ni siquiera a través de la fortuna. Porque tras una buena combinación en el costado derecho el gol estuvo en los pies de “Pulpo”. ¿De qué forma? Tirando un centro pasado y recto que impactó en el travesaño, a los 22 minutos.
Si bien el ida y vuelta se mantuvo un rato más, el empate fue lo más justo. En el concepto general, se luchó más de lo que se jugó. Y apenas algunas chances claras no justificaban el triunfo de alguno de los dos. En ese contexto, igual, Boca se fue mucho más preocupado. Ganó apenas 1 de los últimos 13 partidos. Y el miércoles deberá jugar con River.