Un relámpago impacta y daña dos cazas en pleno vuelo
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos recomendó el año pasado no volar cerca de las tormentas. Los costes de reparación superarán los 2,5 millones de dólares.
Los pilotos, que no resultaron heridos, pudieron aterrizar las naves en la base aérea estadounidense de Iwakuni con malas noticias: el accidente fue considerado de tipo A, es decir, que reparar los cazas costará en torno a 2,5 millones de dólares. Según Sputnik News, un incidente se clasifica como tipo A si su reparación cuesta más de 2,5 millones de dólares, el piloto fallece o la aeronave queda inhabilitada.
Posibles fallos en el sistema OBBIGS
De acuerdo con actualidadRT, el año pasado se prohibió volar en tormentas a los cazas F-35A de la Fuerza Aérea de despegue y aterrizaje tradicional por un supuesto fallo en el sistema de gas inerte OBIGGS, una técnica que genera nitrógeno en vuelo mediante la separación de gases.
A través de OBIGGS, la nave produce nitrógeno en el sistema de combustible y evita que ahí se concentren otros gases peligrosos que puedan provocar una explosión si un relámpago impacta la nave. Por ello, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos aconseja que los F-35 vuelen al menos a una distancia de 40 kilómetros de las tormentas.
Tan solo dos días después de que el cuerpo emitiese el comunicado del incidente, la base Nellis Air Force Base publicó en su perfil de Twitter una fotografía de dos cazas F-35A con la pregunta “¿Qué tipo de relámpago pega más fuerte?" En la foto podía verse un relámpago junto a las dos naves.