Quién es Carlos Luis Revete, alias “Koki”, el líder de la banda criminal que aterroriza a Caracas y el chavismo no puede controlar
El régimen de Nicolás Maduro ofreció una recompensa de 500.000 dólares por él. Su ascenso criminal y los hechos que lo llevaron a desatar una guerra contra las fuerzas de seguridad en la capital de Venezuela
El ataque fue perpetrado por la banda liderada por Carlos Luis Revete, alias “Koki”, por quien las autoridades chavistas ofrecen una recompensa de medio millón de dólares, al igual que por Garbis Ochoa Ruíz, alias “El Galvis”, y por Carlos Calderón Martínez, alias “El Vampi”.
A pesar de tener cargos en contra desde 2013, por crímenes como robo, homicidio y narcotráfico, Revete goza de gran impunidad. El pacto de no agresión al que llegó con las autoridades venezolanas demuestra la abdicación casi total del Estado en los barrios marginados controlados por las megabandas.
Revete nació en 1978 y creció en los barrios populares de Caracas. Poco se sabe de su vida hasta 2013, cuando fue acusado del asesinato de Greiber Danilo Alonso Lucas en el sector “Los Alpes” de Cota 905. Se cree que en ese entonces, Revete pertenecía a una pandilla callejera conocida como “Los Chiches”, y que mató a Alonso Lucas como respuesta a una foto que apareció en las redes sociales de este último, en la que posaba con un enemigo de la pandilla.
Cota 905 es uno de los sectores más violentos de Caracas, y en él existen múltiples pandillas urbanas. Durante años, el sector ha sido objeto de violencia y arbitrariedades por parte de la policía, lo que ha dado origen a una profunda antipatía de los habitantes del sector hacia los organismos de seguridad. En este contexto, las pandillas ganaron poder social como autoridades de facto en la comunidad.
Revete ganó importancia como lugarteniente del líder de la banda, Jesús Alberto Ramos Caldero, alias “El Chavo”, quien en 2014 se propuso unir a las pandillas de Caracas contra la policía. Esta iniciativa contribuyó al surgimiento de una nueva estructura criminal en Venezuela: las “megabandas”, cada una de las cuales está compuesta por más de 50 miembros, son más organizadas y están mejor armadas que las pandillas callejeras tradicionales e imitan la estructura jerárquica de las pandillas carcelarias de Venezuela. Cuando Ramos fue asesinado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en enero de 2015, Revete asumió el liderazgo de su nueva megabanda en Cota 905. Revete continuó el proyecto de unificación de Ramos, y algunas fuentes le atribuyen la unión de las bandas de Cota 905: El Cementerio y El Valle.
En enero de 2015, Cota 905 fue incluida en el programa de “Zonas de Paz” del gobierno de Maduro, mediante el cual las autoridades cedieron el control territorial a las organizaciones criminales, a cambio de que estas redujeran la violencia. Esta tregua se rompió en julio del mismo año con el inicio de la Operación Liberación del Pueblo (OLP), propuesta por Maduro, la cual consistió en una fuerte represión que marcó el regreso de la violencia policial y de las violaciones a los derechos humanos que se habían dado en el pasado. La primera incursión de la OLP en Cota 905 dejó como resultado 15 muertos, solo seis de las cuales tenían antecedentes criminales. Revete no se contaba entre ellos, pues se había refugiado en una prisión pocas horas antes de la redada. Continuó evadiendo su captura durante toda la operación, lo que alimentó la sospecha de que el verdadero objetivo de esta eran los rivales de Revete.
En agosto de 2017, la entonces presidenta (y actual vicepresidenta) de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, visitó Cota 905. Se dice que los habitantes del sector les solicitaron a los funcionarios que restablecieran el programa de Zonas de Paz y prohibieran la entrada de la policía al barrio. Sin embargo, fuentes de InSight Crime revelaron que la delegación también se reunió con Revete durante la visita, y se cree que llegaron a un pacto con el líder criminal. Después de eso, se reactivó el programa de Zonas de Paz en el sector y se retiraron las fuerzas de seguridad.
El abandono estatal de que fue objeto Cota 905 convirtió al sector en un enclave criminal, donde las megabandas se movían con total libertad. Aunque la “pax mafiosa” entre las pandillas y las fuerzas de seguridad quizá redujo la violencia, también les permitió a bandas como la de Revete acumular armamento pesado y consolidar sus economías criminales. Hacia 2016, se estimaba que la banda de Revete tenía entre 70 y 120 miembros, quienes usaban a Cota 905 como base de operaciones para la extorsión, el secuestro y el robo de vehículos. Aunque incluyendo a las pandillas aliadas, puede contar hasta con 180 hombres.