Memphis tiene duende
El neerlandés marcó un golazo, fabricó otro con un gran taconazo y estuvo muy bien acompañado por los jóvenes Demir, Gavi y Riqui.
Si aceptamos el juego de interpretar gestos, Koeman dejó en Stuttgart alguna pista bastante clara de sus intenciones. A saber: Neto no está descartado, a Dest se le sigue probando como lateral izquierdo (con poco éxito), Nico es el recambio de Busquets, Gavi pasa por delante de Riqui (y ya no digamos de Ilaix) y Memphis monopoliza el juego de ataque blaugrana.
El Barça salió a dominar el partido y a diferencia de tantas veces en las que se le apagaba la luz en los metros finales, ahora cuenta con un jugador imprevisible como es Memphis que tiene un uno contra uno letal, ya sea en punta o partiendo desde la banda como ayer cuando se mezcló con un Griezmann que sigue siendo un estajanovista que no renuncia a un esfuerzo.
El primer gol del Barça fue una delicia de Memphis tras recibir un pase de De Jong: control, sombrero y chicharro y el segundo nació de la asociación entre Memphis, que de espuela se la dejó a Griezmann, posiblemente en fuera de juego, que centró para que Demir, otro chaval descarado la empujara a la red.
Una primera parte redonda para un Barça que salió con el mismo once titular, pero que nada más iniciarse la segunda parte tuvo que modificar por un golpe a Lenglet, que dejó su puesto a Araújo. A la hora de partido ya dio entrada a Busquets y Alba, dos recién llegados junto a un Riqui Puig que salió con el cuchillo entre los dientes. El canterano lo intentó todo y obtuvo el premio del gol a los 73 minutos que demuestra que la combinación entre el hambre de los jóvenes y el duende del nuevo atacante sienta las bases de este nuevo proyecto de Koeman.
