Mbappé va según lo previsto
La hoja del ruta marcaba que el jugador tenía que dar el siguiente paso: decir oficialmente en el PSG que no quiere renovar su contrato.
Esta opción, la de anunciar que quiere apurar su contrato, tiene una lectura clara. En la estrategia marcada por el Real Madrid y Mbappé se intenta no forzar la situación ni crear un conflicto. Es evidente que el poderío económico del PSG, propiedad de un fondo de inversión del Estado de Qatar, hace que cualquier negociación sea muy distinta. A los dueños del PSG no les importa el dinero. Es una cuestión de orgullo. Y por eso quieren intentar, además, renovar a la estrella aunque sea con un contrato corto que le permita estar en el PSG durante la disputa del Mundial de Qatar, que se jugará en otoño de 2022, dentro de dos temporadas.
La maquinaria para el fichaje de Mbappé, por tanto, se ha puesto definitivamente en marcha. Al Madrid no le queda otra que esperar a que los días vayan pasando y Nasser Al Khelaifi traslade a los dueños del PSG la realidad de la situación: que Mbappé quiere fichar por el Real Madrid y el Madrid, fichar a la estrella. Y que la mejor opción para sacar tajada de esa situación es que el desenlace se produzca este verano, lo que dejaría alrededor de 150 millones en las arcas de la entidad parisina, lo cual aliviaría su situación con respecto al Fair Play Financiero.
Esa era la hoja de ruta del Madrid: posición firme de Mbappé, llamada para hacer una oferta formal al PSG o expresar su intención de comprarlo y esperar a que las apreturas por el Fair Play Financiero hicieran el resto. En este sentido, el contexto creado por la Superliga juega en contra de la entidad blanca, pues Ceferin ha dicho recientemente que la UEFA se plantea "liberar la inversión para salir de la crisis derivada de la pandemia". Además, se pretende cambiar las normas del FFP, no sólo abriendo el grifo a la inversión, sino cambiando el modelo y creando un impuesto de ricos según el cual sean los clubes que más gastan estén obligados a pagar más y que esa cifra se reparta entre el fútbol modesto. Este nuevo modelo beneficiará a los clubes Estado. De cualquier manera, el cambio es tan brusco que no se prevé que se haga a corto plazo.