Los pibes de Boca la rompieron y hace 50 años otros chicos lo sufrieron
La memorable actuación de la Reserva xeneize en la Liga Profesional y el recuerdo de otra desprolijidad en el Platense de 1971, con un final más aciago.
Los apellidos de Barco, Lastra, Mancuso, Bernardi, Taborda, Bodencer, Vega, Escalante, Aranda, Ignacio Fernández, Alvariño, Palma y algunos chicos más quedarán grabados a fuego en el corazón xeneize, toda vez que dieron el presente haciéndose cargo del dislate ocurrido, jugando tres partidos en cinco días, dos en 36 horas. Encima, mostraron un nivel futbolístico muy interesante, con varias figuritas destacadas como el lateral izquierdo Barco, que ya había debutado oficialmente contra Unión, el lateral Eros Mancuso, el delantero Taborda y el mediocampista Gabriel Vega. Boca demostró que tiene un enorme futuro entre los juveniles que dieron la talla en semejante situación. Eso sí, no fue un récord, pero si bien no hicieron goles, le empataron a Banfield y cayeron ante San Lorenzo.
Existe un antecedente poco recordado pero que demuestra que los problemas del fútbol no son nuevos ni patrimonio de nadie. Hace 50 años se iniciaba el torneo Metropolitano de 1971, un campeonato que jugaron 20 equipos en dos ruedas y que ganaría Independiente, que en la última fecha aprovechó la derrota del líder Vélez para vencer a Gimnasia en Avellaneda y superarlo por un punto.
En la segunda fecha de aquel certamen, Platense era local ante Independiente en la cancha de Chacarita, porque su estadio de Manuela Pedraza y Crámer estaba clausurado. Fue un jueves a la noche y televisado por Canal 7. Los Rojos habían debutado venciendo 2-0 a Rosario Central, con goles del Pato Pastoriza y de Enzo Gennoni. Tenían un equipazo donde brillaban Pepé Santoro en el arco, el zurdo López y el uruguayo Garisto en la zaga, el Chivo Pavoni en el lateral izquierdo, el propio Pastoriza y varios delanteros goleadores como el Mencho Balbuena, el chaqueño Maglioni y el talentoso Ramón Adorno. Platense llegaba acicateado porque había conseguido un festejado empate ante River en el Monumental, 1-1. A falta de cinco minutos el juvenil Roberto Cabral venció a Perico Pérez y estableció la igualdad, para un equipo que tenía en el arquero Topini, el zaguero Piris, los volantes Crocci y Fatiga Russo y el propio Cabral a los referentes del grupo. Sin embargo, Platense estaba muy mal como club, con serios problemas económicos.
Aquel jueves 11 de marzo de 1971, las reservas comenzaron a jugar el preliminar en San Martín. Platense e Independiente. Sin embargo, cuando se habían jugado 15 minutos del segundo tiempo, la dirigencia calamar pidió la interrupción del partido al juez y exigió que los jugadores bajaran al vestuario. Allí se les explicó a los juveniles que el plantel profesional había decidido no presentarse a jugar contra Independiente porque los directivos no habían cumplido su promesa de abonar sueldos atrasados tras el partido con River. En conclusión, los chicos tenían que olvidarse del preliminar y cambiarse de nuevo porque saldrían a jugar contra la Primera División del Rojo.
Así ocurrió. Con los equipos en la cancha, el capitán visitante José Omar Pastoriza les avisó a un par de sorprendidos rivales algo que los dejó sin aliento. Más o menos les dijo que “como sus propios dirigentes patean en contra del club y no cumplen ni pagan los sueldos, nosotros decidimos que les vamos a hacer la mayor cantidad de goles posible para que entiendan que esto es una vergüenza…”. Y eso pasó. Los chicos Calamares no fueron medida, de ninguna forma ante un rival con cracks en todas sus líneas. A los 22 minutos el Rojo ganaba 3-0, gracias a dos goles del Pato Pastoriza y uno de Balbuena. Enseguida descontó Juan José Scarpeccio tras gambetear a Santoro y puso 1-3. A continuación entre Giachello y Raimondo pusieron el 5-1 que selló el final del primer tiempo. En la segunda parte hubo media docena de goles más de Independiente, a través de Gennoni (2), otro doblete de Giachello y dos más de Maglioni. El final fue 11-1.
Fue 11-1 y habría podido ser más abultado aún. Fue el máximo resultado que consiguió Independiente en toda su historia y la peor derrota de la historia de Platense desde 1910 hasta hoy. Los pibes del Calamar habían jugado 65 minutos del preliminar y sin descanso, los 90 minutos ante la primera de Independiente. Un despropósito tan grande como el atraso salarial que tenían los responsables de la institución con el plantel profesional.
Independiente saldría campeón en aquel Metropolitano de 1971. Platense se iría al descenso por segunda vez en su historia y encima, perdería su mítico estadio de Manuela Pedraza y Crámer porque su dirigencia debía varios meses del alquiler del terreno que ocupaban desde 1917. Paradojas del destino. Título y descenso. Grandes y chicos. El papelón costó caro.