Insigne, otro ‘caso Donnarumma’

Nápoles, AS
Lorenzo Insigne ha vivido un curso inolvidable. A pesar de no haber conquistado la clasificación en la Champions (tirada en la última jornada de la Serie A con el absurdo empate ante el Verona), el delantero ha firmado con el Nápoles su mejor temporada a nivel de números, sumando 19 goles y 11 asistencias en 48 partidos.

Roberto Mancini le ha convertido en un hombre clave de la Nazionale, de la que fue el número 10 en esta triunfal Eurocopa. El napolitano fue un titular intocable y realizó dos tantos, uno de los cuales, ante Bélgica, precioso, histórico y decisivo para el pase a semis. Si a pesar de todo eso el extremo no vive semanas tranquilas es por su situación justo con el equipo de sus amores, donde ha crecido y del que siempre fue hincha. Insigne termina contrato dentro de un año y de momento no existe negociación para renovar.

De Laurentiis afirmó que quedarse o no dependerá solo del jugador, ya que "si tiene ganas de irse por Europa" no es culpa del Nápoles. El problema, sin embargo, es económico: la entidad partenopea quiere bajarle su actual sueldo, 5 millones netos, algo que el jugador no considera justo. El 'Magnífico' es el capitán del equipo y también con Spalletti será uno de los pilares técnicos del proyecto, sabe que es un trozo de historia del club. El italiano terminó su relación con Mino Raiola (ahora le representa Vincenzo Pisacane) justo porque no tenía intención de dejar su ciudad, pero el panorama ha cambiado y la complicada relación con De Laurentiis podría llevar a una separación.

Desde el Nápoles se filtra que no hay ofertas para su traspaso, que costaría entre 20 y 30 millones de euros, y que no habrá descuentos. Con Milik, al que en 2020 también le quedaba solo un año de contrato, pasó lo mismo: los azzurri pidieron entre 15 y 20 millones también en enero. El riesgo es que el de Insigne, que soñaba con ser 'el Totti del Nápoles', se convierta en otro caso Donnarumma, con un ídolo de la casa crecido en la cantera que abandona el club de mala manera y como agente libre.

El delantero, que ha cumplido 30 años en junio, quiere seguir bajo el Vesubio (lleva en su piel el San Paolo, la cara de Maradona y el escudo del club...), pero no acepta recortes: un punto medio podría ser dejarle la gestión de sus derechos de imagen, algo que el Nápoles no concede nunca al 100%. La negociación será muy larga y empezará en las próximas semanas, cuando Lorenzo volverá de sus vacaciones como campeón de Europa. De Laurentiis le espera: tienen mucho que decirse.

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