Contraloría observa que 9 Sedes vacunan sin planes regionales ni personal suficiente

La Paz, Página Siete 
Tras una supervisión al proceso  de la vacunación contra la covid en los nueve departamentos del país, la Contraloría General del Estado  (CGE) advirtió que  cada Servicio  Departamental de Salud (Sedes) lleva  a cabo la inmunización sin planes regionales aprobados  ni personal suficiente. Esto genera falencias en el seguimiento a la cadena de frío y en el monitoreo de la campaña. Tras conocer las observaciones, las gobernaciones trabajan sobre la marcha para  subsanar las fallas y reforzar la inmunización.

“Hemos advertido que ningún Sedes tiene su microplan aprobado. No conformaron    comités de monitoreo para saber si se cumplen las  metas y tampoco hay la  supervisión a  la cadena de frío”, manifestó la subcontralora de Gobiernos Departamentales de la Contraloría General, Sandra Quiroga Solano.

 Entre los factores identificados como causantes de  estas fallas, está la falta de recursos humanos en cada  Sedes. El informe advirtió que el personal con el que cuentan no es suficiente para atender la vacunación en medio de una  emergencia.

La Contraloría realizó estas supervisiones en el marco de sus dos atribuciones constitucionales: la de  control externo posterior, que se aplica a través de auditorías;  y la de acción de supervisión durante el desarrollo de una actividad, con el propósito de identificar falencias y subsanarlas en la marcha.

Esta ultima es la que fue aplicada a la tercera fase de la  campaña de vacunación: la de monitoreo, supervisión y evaluación, tarea exclusiva de cada  Sedes. Las otras dos fases son la de “dotación” de vacunas (a cargo del Ministerio de Salud que entrega las dosis a los Sedes y éstos, a las Redes de Salud); y la de  “cadena de frío” que  va desde el momento en que los departamentos reciben las dosis hasta que las aplican a los ciudadanos. 

“En este momento, la salud y la covid son una prioridad   nacional. La pandemia tiene una afectación no sólo económica  sino también social, porque se trata de vidas humanas. Por eso se decidió efectuar esta labor en los nueve departamentos, de forma simultánea, a través del personal de todas las gerencias departamentales    de la Contraloría”, explicó la subcontralora.

Sin supervisión ni personal 

La supervisión es un aspecto muy importante para el control de la cadena de frío de las vacunas. Sin embargo,  no está funcionando en las regiones del país. En todos los departamentos del país esta falencia evita hacer un seguimiento a la calidad del proceso de vacunación.

“En gran parte de los puntos de vacunación no se tenían medidas de bioseguridad, lo que representa un riesgo que puede afectar  la salud. No hay quién controle estos aspectos y hay personas que sin mayor información firman el consentimiento de la vacuna. Por la gran concurrencia no se recaban los antecedentes de todas las personas”, lamentó Quiroga.

Estas fallas tienen un origen en común: la necesidad  no atendida  de recursos humanos adicionales. 

“No tienen personal suficiente. Cochabamba nos respondió que no cuenta con funcionarios para atender todo. Pero es necesario que se hagan contrataciones eventuales para cubrir  estos vacíos. Es un problema  serio”, dijo la subcontralora.     

La Contraloría de Potosí verificó que la cadena de frío del Programa Ampliado de Inmunización sólo cuenta con un responsable y una enfermera de logística. Ambos  son los encargados de la recepción, almacenamiento, manipulación y de garantizar la conservación de las vacunas, así como  su distribución al área urbana.

“Además hubo un cambio de autoridades  en mayo. Mucha gente que está ahora en los  Sedes es nueva y requiere un proceso inmediato de  capacitación”, apuntó Quiroga.

Afirmó que se suma  que las  gobernaciones históricamente no invirtieron en  salud y la  pandemia las sorprendió sin  preparación. “No se invirtió en cadena de frío, sobre todo para llegar al área rural. Todas estas cosas  hacen que tengamos los problemas de control”, añadió.

 Sin un plan regional aprobado

“Hay un plan nacional de vacunación emitido y aprobado  por el Ministerio de Salud. Con base en  este documento todos los Sedes    deben realizar su microplan adecuado a su realidad. Pero  ninguno lo tiene aprobado o debidamente elaborado”, afirmó Quiroga.

Los informes emitidos por cada gerencia departamental advierten que este aspecto podría incidir en la toma de decisiones  ante ciertas situaciones  particulares de cada región, que no fueron contempladas en el plan nacional  como infraestructura, equipamiento, recursos humanos, campañas  de información,  responsabilidades, etc. Muchos de estos documentos tienen problemas y al no estar aprobados pierden validez y credibilidad. 

“No hay una guía de acción para que se pueda realizar el proceso de vacunación  en una manera ordenada. Ése es un problema recurrente en todas las regiones del país”, manifestó la autoridad fiscalizadora.

Recalcó que en este momento la salud y la covid son una prioridad   nacional. “Por eso se decidió efectuar la  labor de supervisión al proceso  de la vacunación  en los nueve departamentos, de forma simultánea, a través del personal de  las gerencias departamentales”, explicó la subcontralora.


Los jóvenes  demandan la vacuna en todo el país.

Sin condiciones para la cadena de frío  

El plan de supervisión  establece que cada Sedes  debe  realizar el control de calidad al proceso de vacunación, desde el momento en que recibe  las dosis hasta que éstas llegan a los puntos de administración.

Ello implica que cada región cuente con una cadena de frío. Pero, lamentablemente, casi todos los servicios departamentales de salud  del país carecen de las condiciones necesarias. Muchas dosis contra   la covid se encuentran en refrigeradores domésticos, en los que también se almacenan las vacunas del esquema nacional.

“Tampoco se previó un sistema de transporte refrigerado. Están llegando  vacunas de cuatro laboratorios diferentes  y cada una requiere condiciones  diferentes, lo que  no fue tomado en cuenta”, dijo la subcontralora Sandra Quiroga.  

En Oruro, la Contraloría halló equipos de refrigeración en mal estado,  sólo uno estaba en funcionamiento. En  oficinas del Sedes se encontraron   10 refrigeradores fuera de uso. A ello se suma que las redes de salud no contaban con  cadena de frío.

En Santa Cruz, además de la falta de control a la cadena de frío,  se advirtió que no se tenía un generador de electricidad, que pueda evitar la pérdida de dosis ante una contingencia.

En La Paz, se evidenció que los equipos de refrigeración presentaban deficiencias.

En Chuquisaca, la falla principal está en el control de la cadena de frío, que evita tener constancia de las condiciones en las que   manipulan las dosis.

En Beni, por la falta de supervisión, las vacunas robadas y devueltas al inicio de la campaña -que fueron declaradas como inutilizables, debido a que sufrieron una  interrupción de  la cadena de frío-  aún están registradas como disponibles y no fueron dadas de baja.

Tampoco se hacen reportes de las posibles pérdidas de vacunas. No hay datos de aquellas que pudieron haberse roto por una mala manipulación o que se hayan dañado por algún  inconveniente. En estas inspecciones se identificó un caso en el que un frasco   que contenía las dosis de inmunizantes se encontró vacío. Pero no se sabe si fue el único  en el país o si hay otros que no fueron registrados.  


La dosis  debe aplicarse bajo estrictos protocolos de seguridad.


Las fallas en el monitoreo y su relación con la falta de datos estadísticos disponibles

El Plan Nacional de Vacunación contra la covid, aprobado el 10 de marzo, señala que cada Sedes  debe conformar un comité de  monitoreo. 

Este comité cumple la función de verificar a diario que se cumpla con la meta regional de vacunación. De esta tarea depende que se tengan datos disponibles y certeros, en tiempo real,  sobre el avance de la inmunización en cada departamento. 

Para ello se deben implementar vacunómetros y formularios que deben  estar habilitados en un sistema informático    o sistematizados en un registro manual.

En Chuquisaca, por ejemplo, se evidenció que la falta de medidas correctivas en este punto  generó una inconsistencia entre y la información documental y la del Registro Nacional de Vacunación Electrónica (RNVE). Esto  causó una  distorsión de la información sobre la vacunación.

En Beni tampoco se pudo identificar el porcentaje de la población renuente a vacunarse, lo que hubiera ayudado a corregir las estrategias.

 

Las  observaciones

La Paz Se identificó  un incumplimiento  en  los  cronogramas, además una cobertura limitada en las provincias y deficiencias en el transporte de las dosis.

Oruro Presentó planillas de consentimiento informado incompletas, equipos en mal estado o sin uso, instructivos con información inconsistente, redes de    salud sin cadena de frío e inoculación sin verificación  de síntomas.

Chuquisaca Faltó monitoreo de la población objetivo en la primera fase, además de supervisión a la cadena de frío, lo que podría ocasionar una inadecuada conservación de las vacunas.

Tarija  El análisis identificó la falta de documentación generada por el monitoreo y de supervisión de la cadena de frío. También se notó  deficiencias en la información.

Santa Cruz El control advirtió faltas en validación de los registros y en el control de la cadena de frío. También se vacunó   a ciudadanos sin que éstos pertenezcan    a los grupos etarios en cronograma.

Potosí No se aprobó el plan regional de vacunación y se encontró  vacunaciones fuera del rango de edad. La cadena de frío no fue supervisada  y los puntos de vacunación no contaban con medidas de bioseguridad. 

Beni Hay ausencia de salas de análisis de datos, vacunómetros y supervisión de la cadena de frío. Las vacunas reportadas como robadas aún figuran como disponibles, pese a que no son útiles.

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