Brasil, en inferioridad numérica, batió a Chile
Un gol al inicio del segundo tiempo sepultó las ilusiones chilenas. Brasil no mostró superioridad, pero la Roja no pudo pese a tener un hombre más.
En los primeros minutos la intensidad fue la tónica, aunque ambos equipos se anularon y no lograron aproximarse al arco rival. Chile apostaba por el orden defensivo y con el correr de los minutos comenzó a tener una mayor posesión de balón. De hecho, a los 18' Vargas asustó a la zaga brasileña, aunque la jugada luego fue anulada por un fuera de juego.
Pese a ser un partido sumamente táctico y sin muchos espacios, a los 36' la Roja sufrió con un centro rasante de Gabriel Jesús que fue conectado por Neymar. Sierralta, en buena ubicación, pudo desviar el peligro. La historia se repitió a los 43 minutos, cuando Bravo estuvo notable ante un zurdazo del propio Gabriel Jesús. Así, la primera etapa terminó con Chile apegado a su libreto y con un Brasil sin demostrar superioridad.
En el complemento, las cosas dieron un vuelco de inmediato. En la primera jugada, una pared imperfecta de Neymar y Paquetá terminó en un despeje fallido de Vegas y en un derechazo del volante del Lyon que dejó sin opciones a Bravo. Brasil desenredaba así un partido en el que nunca se había sentido cómodo.
En los minutos siguientes, una patada criminal de Gabriel Jesús a Mena significó la expulsión del brasileño e instantes después, vino el primer gran aviso de Chile. Un tiro libre de Aránguiz provocó un pase de Pulgar que Vargas envió al fondo del arco. Sin embargo, la celebración fue fugaz, ya que de inmediato el árbitro cobró fuera de juego del volante nacional.
A esa altura, Chile estaba decidido a buscar la igualdad y a los 68' Ben Brereton cabeceó un centro de Mena y su tiro se fue directo al travesaño. Era el mejor momento del equipo nacional en el partido. Y a los 77', el empate volvió a estar cerca con un remate frontal de Meneses que Ederson debió enviar al córner.
Los minutos finales fueron de dominio nacional, pero sin la precisión necesaria para vulnerar a un equipo que solo pensaba en defender y en que el pitazo final llegar rápido. Así, la Roja se despidió de la Copa Améríca con una sensación casi unánime: se vuelve a Chile antes de tiempo.